¿Se pueden llegar a imaginar una biblioteca donde habiten y sean asequibles, es decir legibles, palpables, más de cuatro mil libros editados entre los siglos XV y XIX, y entre ellos dieciséis incunables? Será seguramente el sueño de un bibliófilo y el paraíso de un bibliomaniaco. Pues ese sitio existe. Es la Biblioteca de los Libros Felices, y está en Alicante.
“Este es un proyecto diferenciado, a largo plazo, porque no hay plan B, la cultura es el único plan”, nos asegura Manuel Desantes, creador de esta biblioteca, catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Alicante y asistente de Don Biblio, una figura de treinta centímetros que simboliza este proyecto.” La Biblioteca debe de ser un factor de cohesión, un dinamizador de la vida cultural de esta ciudad”.
Los libros felices son fundamentalmente la colección particular de Manuel Desantes, reunidos a lo largo de su azarosa y prolífica vida. El catedrático es algo más que un bibliófilo, es alguien para quien los libros antiguos han llegado a ser una obsesión, y que se conoce todas las librerías de viejo de Europa. Tras descartar otras opciones en la ciudad, en el año 2018 eligió alojar sus libros en la sede en Alicante del Colegio de Notarios de Valencia.
“Me despertaba a la cuatro de la mañana y sentía que mis libros sufrían, hasta que ellos mismos se amotinaron y encontramos este sitio perfecto, los libros ahora están felices y yo muy agradecido a los notarios”, nos cuenta Desantes.
Don Biblio, el espíritu y el custodio de este santuario, es un bibliotecario nacido en Rosenheim, en la Baviera profunda, en 1866. Se ha convertido en un personaje muy popular en Alicante, y ha ganado varios premios.
Esta figura venerable, que nos recibe al entrar en la Biblioteca, custodia un conjunto de cuatro mil doscientos ochenta libros, entre los que sobresalen un ejemplar de la Divina Comedia, de Dante, publicado en 1481; una primera edición de “Institutiones Oratoria”, de Quintiliano, de 1482; una primera edición de las obras de Lutero; la obra completa de Cicerón o cinco incunables de San Vicente Ferrer.
“Aquí los libros se sienten bien, son mayores, no antiguos, llevarlos a cámaras es matarlos”, nos dice Desantes.” No usamos guantes, los tocamos con las manos muy limpias, cuidamos lo justo la temperatura y la humedad, lo fundamental es abrirlos, acariciarlos, quererlos”.
La Fundación Biblioteca de los Libros Felices es quien se encarga del cuidado y mantenimiento de los libros, y de gestionar los muchos eventos culturales que se organizan en la sede. “Son actividades encaminadas a estimular la creatividad artística, la poiesis, según los griegos”, nos comenta Mario Córdoba, director de actividades de la Biblioteca y también asistente de Don Biblio. ”Celebramos recitales de poesía, espectáculos de danza, música, teatro y cualquier tipo de arte”.
Varios miles de personas, procedentes de todos los lugares del mundo, han visitado ya esta biblioteca. Las visitas, en las que se pueden ver, tocar y oler estos tesoros bibliográficos, se hacen en grupos de diez o doce personas y hay que inscribirse previamente en la web de la Biblioteca. “Actualmente tenemos listas de espera, hay mucha demanda, pero creemos que en 2024 esas listas desaparecerán”, señala Mario Córdoba.
La Biblioteca de los Libros Felices también acepta donaciones, o cesiones de libros, tal y como ellos prefieren llamarlas. Muchos escritores alicantinos han cedido algún ejemplar de sus obras que conviven en perfecta armonía con los libros mayores.
“Los libros son seres vivos”, concluye Manuel Desantes. “Más allá de su valor económico, que puede ser muy alto, estamos haciendo accesibles estos ejemplares únicos a los niños y a los jóvenes. Me gustaría que algún día mis tataranietos visitasen esta Biblioteca”.
