Han pasado ya cuatro años desde que una idea revolucionaria se presentase como ese futuro que tanto habíamos imaginado gracias a las películas. Un mundo completamente digital, virtual, inmersivo, con una excepcional libertad de movimiento. Nos referimos, por supuesto, al Metaverso. Y el hecho de que tras esta gran iniciativa estuviese, entre otros, Mark Zuckerberg (¡hasta cambió el nombre de su compañía!) aún le daba más fuerza al concepto.
Sí, han pasado cuatro años. Pero, para muchos, dicho periodo de tiempo apenas ha sido perceptible, puesto que esta revolucionaria idea parece casi desterrada. Escasean las novedades al respecto, tras una primera etapa en la que las diferentes propuestas abarrotaban internet. Salían a la venta parcelas en ese mundo virtual e, incluso, sus precios ya escalaban mensualmente.
Las empresas preparaban sus servicios para este nuevo entorno y para, cómo no, publicitarse allí. Debía ser el gran centro de ocio y de relaciones sociales, cada uno bajo su propio avatar. Infinidad de entretenimientos, conciertos hiperrealistas, museos virtuales, tragamonedas gratis en casinos inmersivos, videojuegos con un entorno 360º en los que podías ser el auténtico protagonista. Y mucho más, claro.
¿En qué punto está este proyecto? ¿Sigue siendo viable? ¿Se ha cancelado? Es difícil responder a esta pregunta porque, junto a la falta de titulares, también hay un importante hermetismo. Al menos, para confirmar que la iniciativa podría estar en un punto muerto. Sin embargo, hay determinados indicios que nos pueden aportar algo de luz. El más relevante de ellos es el que tiene que ver con un movimiento interno de Meta, la compañía de Zuckerberg que apostó fuertemente por esta idea.
Concretamente, Reality Labs, que es el departamento de la empresa que se centra en el Metaverso, verá recortado un 30% su presupuesto para el año que viene. Hasta ahora, la inyección financiera para el desarrollo de este mundo virtual no cesaba; pero, haciendo recuento, ya son 70.000 los millones que se han enterrado en la iniciativa. ¿Los resultados? De momento, bastante ocultos para el gran público.

Las referencias al Metaverso, por parte del jefazo de la compañía, son más bien escasas. En las últimas apariciones parecía más enfocado a una tecnología “puente”; es decir, útil a corto y medio plazo y que pudiera allanar el camino hacia ese nuevo universo digital. Concretamente, se trataba de la realidad aumentada y los “wearables” que la utilizaban, como las gafas de RA. A estos “gadgets” les otorgaba el estatus, nada más y nada menos, que de sucesores del Smartphone.
El tema es que, por rápido que sea el desarrollo del Metaverso, aún falta mucho para que resulte viable. Incluso, con los avances exponenciales de los últimos años (la inteligencia artificial como punta de lanza). Y, evidentemente, Meta es una compañía, que necesita ingresos y no perder el tren de lo que ahora es tendencia (aunque ellos mismos marcan, en muchas ocasiones, las tendencias imperantes). Por eso, las estrategias podrían estar virando, poniendo el foco en otras prioridades.
Después de todo, la competencia, véase las demás Big Tech, no han dejado de diseñar productos y servicios que son de gran relevancia en nuestros días. Y centrarse, exclusivamente, en un modelo que podría ser revolucionario dentro de una década puede ser un riesgo excesivo para una empresa como Meta; además de renunciar a ingresos actuales y perder fuelle ante los rivales. ¿Es esa la razón de que el proyecto da la impresión de “aparcado”?
Tal vez. O quizás, simplemente, el desarrollo continúa (realmente, la tarea es titánica) y no hay grandes noticias que dar en este momento. La iniciativa del Metaverso sigue siendo increíblemente atractiva y, con alguna actualización y las campañas apropiadas, el interés volvería automáticamente para el conjunto de la sociedad. Y eso, por supuesto, puede ocurrir en cualquier momento.
Por tanto, responder a la pregunta inicial no es fácil ahora mismo. Si el Metaverso se materializa, no hay duda de que representará el futuro de internet y, muy probablemente, del ocio digital en general. Pero si es viable, el cómo y el cuándo, esa ya es otra cuestión. A fin de cuentas, pocos apostaban por los móviles hace 35 años. Y, en cambio, el Laser Disc iba a ser la revolución. No es sencillo predecir lo que querremos a largo plazo.


