La falta de consenso se mantiene firme en el segundo día del cónclave de 2025. Las deliberaciones, marcadas por estrategias discretas y alineamientos cambiantes, no han generado aún la mayoría de dos tercios que exige la elección papal.
La Capilla Sixtina, ahora reconvertida en cámara de votación, ha silenciado su carácter artístico para erigirse como bastión de uno de los rituales más herméticos del mundo. Allí, bajo frescos centenarios, los cardenales se enfrentan no solo a la elección de un líder, sino a una decisión que puede orientar o redefinir el futuro de la Iglesia Católica.
Desde fuera, se multiplican las lecturas e hipótesis. Mientras tanto, la Plaza de San Pedro sigue siendo escenario de espera y oración colectiva ante un desenlace todavía incierto.
División en la Iglesia y perfiles enfrentados
La composición del colegio cardenalicio es la más diversa de la historia. En ella conviven corrientes progresistas que defienden la continuidad del legado pastoral de Francisco. Junto con ellos, hay sectores más conservadores que buscan un giro doctrinal. Esta polarización, reflejada en el proceso del cónclave 2025, donde aparece la fumata negra, se evidenció en la votación inicial. En esta votación, ningún candidato logró los dos tercios necesarios.
El característico humo negro se produce al quemar las papeletas junto con productos químicos como perclorato de potasio, antraceno y azufre. Esto deja claro a los fieles que deberán seguir esperando. La expectación mundial es máxima. Los ojos están puestos sobre cada señal que emana del Vaticano.
Las próximas votaciones serán clave para el futuro de la Iglesia
El protocolo del cónclave prevé hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Después de cada bloque se emite humo desde la Capilla Sixtina. Este humo es especialmente significativo durante el evento de fumata negra del cónclave de 2025. Solo cuando se alcance una mayoría cualificada de dos tercios, la fumata será blanca. Entonces se tocarán las campanas de San Pedro, y se anunciará el Habemus Papam desde el balcón de la basílica.
Hasta entonces, los cardenales continuarán deliberando en privado. La incertidumbre crece no solo por quién será elegido. Además, el desarrollo del fumata negra cónclave 2025 afectará la dirección que tomará la Iglesia Católica en los próximos años. Esta dirección estará marcada por desafíos sociales, internos y globales.


