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miércoles, 8 mayo 2024

Crean un material a partir de corazones de piña que alarga la vida de productos cárnicos

La Universidad de Alicante aprovecha estos desperdicios agroalimentarios para conseguir un material de envase biodegradable con una elevada capacidad antioxidante

Investigadores del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Alicante (UA) han desarrollado un nuevo material de envase que contiene residuos agroalimentarios procedentes de la industria de procesado de la piña apto para conservar productos cárnicos por más tiempo.

A través del proyecto de economía circular Valpipack se ha conseguido desarrollar “un envase activo antioxidante a partir de corazones de piña que permite aumentar en un 15 % la vida útil de productos cárnicos envasados“, ha revelado la investigadora principal del trabajo y profesora de la UA, Ana Beltrán.

Este proyecto es un ejemplo de reutilización y revaloración de restos agroalimentarios, ya que, en el caso de la piña, anualmente se generan unas 435.000 toneladas de residuos que conllevan un problema medioambiental y suponen la pérdida de 360 millones de euros, según fuentes de la institución académica.

“De toda la piña que importa la Unión Europea, aproximadamente la mitad pasa a venta directa y la otra mitad se procesa. El 60 % del producto generado durante esta fase de procesado se corresponde con subproductos como la corona, la piel y el corazón de la piña”, ha explicado Beltrán.

Tradicionalmente, estos subproductos de la piña se han destinado a la alimentación animal, se han eliminado como residuos en vertederos o se han quemado para producir energía. No obstante, sostiene la investigadora, constituyen una fuente potencial de sustancias de alto valor añadido que, como en el caso de la zona central, el corazón de la piña, “tiene una composición muy interesante con propiedades antioxidantes“.

Gracias a la extracción de sustancias bioactivas del corazón de la piña y su incorporación en una matriz polimérica destinada a envases activos, los investigadores de la UA han validado su efecto antioxidante en productos como la carne picada.

La vida útil de estos productos cárnicos es muy limitada, situándose entre los 4 y los 10 días, según el producto y sus condiciones de almacenamiento. “Un aumento de la vida útil de estos alimentos puede contribuir a reducir las pérdidas por deterioro durante el almacenamiento y la comercialización y a ampliar la zona de distribución de los productos cárnicos”, ha indicado el catedrático de la UA y también miembro del proyecto Valpipack José Luis Todolí.

El método tradicional para maximizar la conservación de los productos cárnicos combina distintas tecnologías como las bajas temperaturas y el envasado en atmósfera modificada (conocido como MAP).

Esto implica la utilización de materiales multicapa de estructuras complejas, lo que dificulta su posterior reciclaje. Además, el envasado en atmósfera modificada presenta limitaciones porque su efecto conservador se pierde tras la apertura del envase.

Sin embargo, el envase activo de la UA, de tipo película flexible con una estructura multicapa mucho más simplificada, es más fácilmente reciclable y el efecto antioxidante permanece mientras el material siga en contacto con el alimento. “Lo más destacable de este envase activo es que no solo extiende la vida útil de los alimentos mientras están envasados, sino también tras la primera apertura de dicho envase”, ha dicho Todolí.

Actualmente, el equipo de investigadores de la UA se encuentra en la fase de validación del prototipo de envase desarrollado mediante ensayos de vida útil y análisis sensorial en diferentes tipos de productos alimentarios susceptibles de sufrir reacciones de degradación oxidativa como la carne burger meat y el jamón loncheado