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viernes, diciembre 19, 2025

¿Estás usando mascarillas guardadas desde la pandemia? Ya no son efectivas

El deterioro de los materiales y la pérdida de ajuste explican por qué las mascarillas antiguas pueden dejar de ser eficaces frente a virus respiratorios

Ante el repunte estacional de infecciones respiratorias como la gripe, el uso de mascarilla vuelve a recomendarse en determinados espacios cerrados y entornos sanitarios. Sin embargo, muchas personas recurren a mascarillas guardadas desde la pandemia sin comprobar si siguen siendo válidas.

Las mascarillas tienen fecha de caducidad, un dato que no es meramente orientativo. Superado ese plazo, los materiales pueden degradarse y comprometer su función principal: actuar como barrera eficaz frente a partículas respiratorias.

Diferencias entre mascarillas quirúrgicas y filtrantes

Las mascarillas quirúrgicas están pensadas para reducir la emisión de gotas por parte del usuario, pero no garantizan un sellado completo ni una alta capacidad de filtración. Su función es principalmente proteger al entorno.

Por el contrario, las mascarillas FFP2 y FFP3 ofrecen una protección más elevada al filtrar el aire inhalado y exhalado y ajustarse mejor al rostro. Para que esa protección sea real, deben encontrarse en buen estado y dentro de su periodo de validez.

Qué ocurre cuando una mascarilla está caducada

Con el paso del tiempo, los elásticos pueden perder tensión, el material filtrante degradarse y los bordes dejar de sellar correctamente. Todo ello provoca fugas de aire y reduce de forma significativa la eficacia del filtrado, aunque la mascarilla no presente daños visibles.

Además, determinadas mascarillas dependen de propiedades electrostáticas para retener partículas. Cuando estas se pierden, la capacidad protectora disminuye y el uso de la mascarilla puede generar una falsa sensación de seguridad.

Cómo comprobar si una mascarilla sigue siendo válida

Antes de usar una mascarilla almacenada, es fundamental revisar la fecha de caducidad indicada en el envase. Si ha sido superada, lo recomendable es no utilizarla.

También conviene observar su estado: gomas flojas, deformaciones, roturas o signos de humedad son motivos suficientes para desecharla. Un buen ajuste al rostro, sin huecos laterales, es imprescindible para que cumpla su función.

Junto al uso adecuado de mascarillas en buen estado, las autoridades sanitarias recuerdan la importancia de la vacunación antigripal, la ventilación de espacios cerrados y la higiene de manos como medidas clave para reducir la transmisión de virus respiratorios.