La gala de presentación de capitanías de Moros y Cristianos de El Campello reunió anoche a más de 1.200 personas en el Parque Central. Bajo el título “Bona marea”, el espectáculo se convirtió en un homenaje a la tradición marinera del municipio, evocando el sacrificio, los oficios y la memoria de quienes forjaron la identidad del pueblo.
Organizado por la Junta Festera y el Ayuntamiento, el evento se vivió como el pistoletazo de salida de las fiestas patronales que tendrán lugar en octubre. Música en directo, muixeranga, nanos i gegants y bailes tradicionales marcaron una velada en la que los asistentes guardaron un sobrecogedor silencio cuando una sirena de barco anunció el inicio del acto.
Las capitanías y el peso de la tradición
Este año, los capitanes cristianos son Toni Moñinos y Alejandra Vilaplana, junto al ambaixador Pepe Bernabé y la banderera Carla Rubio, de la comparsa Marinos. En el bando moro, los cargos recaen en Pedro y Clara Tarancón como capitanes, acompañados por David Gomis y Inés Oncina, de la comparsa Marrocs.
Las redes de pesca fueron protagonistas simbólicas de la puesta en escena, desde la evocación de las rederas hasta la proyección de imágenes históricas. El público revivió así la memoria colectiva de un municipio que ya no vive de la pesca, pero que honra con orgullo sus raíces.
Reconocimiento en el 40 aniversario de la Junta Festera
La celebración coincidió con el 40 aniversario de la constitución de la Junta Festera. El acto contó con la presencia de todos sus expresidentes, desde Juanjo Berenguer —actual alcalde y primer presidente— hasta Marga Sebastiá.
En los discursos, el presidente de la Junta, Alejandro Sánchez, destacó el esfuerzo colectivo de generaciones de festeros, comparsas y autoridades. “Nuestras fiestas son una escuela de vida, porque nos enseñan a trabajar en equipo, a organizar y a emocionarnos como comunidad”, subrayó.
Por su parte, el alcalde recordó los inicios humildes de la fiesta: “Hace cuarenta años, con más ilusión que medios, decidimos crear una celebración que hoy es seña de identidad de El Campello”.
Emoción y memoria compartida
La gala incluyó un emotivo homenaje a los festeros fallecidos durante el último año, que fue respondido con un sentido aplauso por parte del público. Tanto las intervenciones como el propio espectáculo evidenciaron que la fiesta es mucho más que historia y tradición: es unión, alegría y legado vivo.
Con este arranque festero, El Campello se prepara para vivir en octubre unas fiestas que ya trascienden generaciones, consolidando su papel como uno de los eventos culturales más representativos de la provincia.






































