El director Daniel Sánchez Arévalo fomenta la adopción de perros abandonados

Daniel Sánchez Arévalo, reconocido director de cine nos habla de Diecisiete y de su compromiso por fomentar la adopción de perros abandonados

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Daniel Sánchez Arévalo, premiado por su Compromiso hacia las mascotas

En FITUR 2020 tuvimos la suerte de encontrarnos con el director de cine Daniel Sánchez Arévalo, que nos habló de su última película Diecisiete y de su amor hacia los perros. Se le hizo entrega allí del premio Travel Guau por su Compromiso hacia las mascotas. 

Estrenada en 2019, Diecisiete cuenta la historia de Héctor (Nacho Sánchez, nominación Goya mejor actor revelación), un chico de diecisiete años que lleva dos internado en un centro de menores. Es una persona poco sociable y con graves problemas de comunicación, hasta que se animar a participar en una terapia de reinserción con perros. Ahí conoce a Oveja y entre ellos se establece un vínculo que le cambia la vida. 

Oveja era un perro abandonado que acabó como tantos en una protectora y de ahí a protagonista de esta película. Afortunadamente, Biel Montoro, el otro actor protagonista y que interpreta al hermano de Héctor, se enamoró de ella en el rodaje y la adoptó. 

Película Diecisiete

En esta entrevista, podréis conocer un poco más a su director y su compromiso por fomentar la adopción de perros abandonados. 

 

ENTREVISTA CON DANIEL SÁNCHEZ ARÉVALO

Cuéntanos cómo fue el casting de los protagonistas perrunos de Diecisiete

Pues en ese compromiso mío, en ese amor incondicional hacia los animales, especialmente hacia los perros, quería poner el foco y la atención en el trabajo de las protectoras. Por eso, tomé la decisión de que no quería perros entrenados o de cine. Quería perros de protectoras, porque, en el fondo, es de lo que habla la peli. De hecho, todos somos perros abandonados en busca de familia. 

¿Cómo ha sido el rodaje con ellos? ¿Han estado supervisados por voluntarios de protectoras?

Teníamos un educador canino, que trabajó codo con codo conmigo. Pero todas las escenas con los perros son improvisadas, era como dejar que la vida suceda.

Ese vínculo que se queda entre el protagonista y el perro en esos diferentes momentos de terapia que hacen juntos fue todo improvisado. Esas cosas hay que dejar que sucedan. Rodamos en días separados, una vez a la semana más o menos, y ese vínculo se empezó a fortalecer cada vez más, hasta el punto de que el actor principal silbaba y el perro venía corriendo entusiasmado a su llamada. 

¿Qué le aporta Oveja al protagonista de la película?

Supongo que lo mismo que me aporta a mí mi perra en mi vida. De repente, me hizo estar más conectado. Ella me ha hecho un ser humano más sociable. Nosotros educamos a nuestros perros pero a la vez nos estamos educando a nosotros mismos a través de ellos. El hecho de estar a cargo de la vida y del bienestar de un perrillo te hace conectar con la vida y con las responsabilidades. Y eso le ocurre a Héctor en la película.

También sale en la película Curro, un perro mayor que tiene solo tres patas. ¿Querías fomentar la adopción de animales con características especiales?

Sí, él es el otro gran protagonista. Quería dar visibilidad a esos perros que están desahuciados por mayores o por tener alguna disfuncionalidad. Cuando conocimos a Curro estaba justo en proceso de adopción y a su adoptante le pareció bien la idea que le propusimos. Con esto, queríamos poner la atención también en esos perros que, básicamente, es muy difícil que encuentren un hogar.

Por otro lado, refleja esa metáfora de que a todos nosotros en realidad nos falta una pata y esa pata te la ofrece esa persona que está a tu lado o te ayuda. En resumen, que otras personas nos ayudan a superar esas cojeras que tenemos. 

¿Quieres lanzar un mensaje para fomentar la adopción?

Me he recorrido muchas protectoras, he visto el esfuerzo que hay detrás y el cariño y el amor hacia los animales, y, sobre todo, el amor incondicional que están dispuestos a dar todos los perrillos. Cada vez que iba a un albergue me los quería llevar a todos. Me moría de pena.

Entre todos podríamos olvidarnos de la idea de comprar animales, porque no hace falta. De hecho, hay perros maravillosos en protectoras que están dispuestos a entregar su corazón y a protegerte como si fueran tuyos de toda la vida. Como si los hubieras parido. 

Arévalo se despidió diciendo “Viva la adopción y que vivan los perros”.

Nos ha ganado completamente el corazón. Igual que hacen los perros.