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jueves, 9 mayo 2024

Cae una banda internacional que arrancó 42 cajeros de cuajo en minutos

Se trata de la mayor banda profesional de robos de cajeros conocida en España.

La Guardia Civil de Alicante, en un trabajo conjunto entre Policía Judicial y la Unidad de Crimen Organizado (UCO) ha puesto a disposición judicial a los integrantes de una banda que con camiones pluma arrancaba cajeros automáticos de cuajo en cuestión de minutos. La Benemérita tiene pruebas del robo de 18 cajeros pero sospecha que han podido ser los autores de hasta 42 delitos de esta índole. La banda de la denominada “Operación Péndola” operaba sobre todo en el litoral mediterráneo, especialmente al sur de Alicante y norte de Murcia, así como en otros países de Europa. Los agentes destacan su “extraordinaria organización y profesionalización” con uso de medios sofisticados, “excepcionales” han señalado portavoces del cuerpo de seguridad.

A la banda se le imputan robos por valor de más de 500.000 euros y daños valorados en más de 700.000, principalmente en vehiculos. La Guardia Civil ha confiscado 25.000 euros en metálico y “gran cantidad de efectos y herramientas” empleadas para arrancar los cajeros, entre ellas “potentes inhibidores de frecuencia” de radio y telefonía con los que inutilizaban los sistemas de seguridad de vehículos y alarmas. Además, son autores de robos en viviendas en distintas provincias.

Las detenciones se producían los pasados 10 y 11 de febrero. En total, 6 varones y 2 mujeres de nacionalidades española, bulgara, albanesa, kosovar y serbia en las localidades de Torrevieja y las madrileñas de Rivas Vaciamadrid y Alcalá de Henares. De los 42 robos en cajeros automáticos se le imputan 18 robos de cajeros automáticos, 20 de camiones pluma dos turismos de alta gama con los que se movían, tres hurtos de placas de matrículas y ocho robos en interior de viviendas. Además, otros delitos atribuibles son falsificación de documentaciones y la pertenencia a organizacion criminal. Los hechos se produjeron entre julio de 2020 hasta el pasado 29 de enero en una investigación que ha requerido la coordinación entre el Equipo de Delitos contra el Patrimonio de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial y la UCO de Alicante.

Los ocho detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Instrución número 2 de Torrevieja, que levantó el secreto de las actuaciones el pasado 4 de marzo. De ellos, seis ya han ingresado en prisión y dos están en libertad con medidas cautelares. Para comunicarse con los miembros de la banda, se han necesitado cuatro traductores. Los tres cabecillas de la banda eran los que perpetraban las extracciones de los cajeros mientras que los restantes realizaban la vigilancia y otras labores de apoyo.

Los robos se inician coindiciendo con la salida de prision de un grupo desmantelado en 2019 dedicado también al robo de cajeros. De hecho, el principal responsable es uno de los integrantes de ese grupo, según han informado desde Guardia Civil. “Al principio se tienen bastantes problemas a la hora de controlarlos xq son gente experimentada con numerosos antecentes policiales y no facilitan labores de seguimiento, control y vigilancia. Los portavoces de la Guardia Civil señalan que “para reventar este tipo de cajeros necesitan tener unos conocimientos muy concretos porque hablando con las entidades bancarias nos decían que los cajeros están hechos a prueba de bombas y tenian que utilizar las herramientas concretas, las cuñas concretas y saber dónde tenian que atacarlos para llegar a los cajetines que contenian el efectivo”.

Todos los robos eran perpetrados con idéntico modus operandi

La organización, realizaba un minucioso estudio de la zona antes de elegir el cajero automático que iban a robar, decantándose por aquellos situados en pequeños núcleos urbanos o en urbanizaciones aisladas y que contaran con las vías de escape necesarias para asegurarse la huida en caso de ser sorprendidos y próximas a fincas agrícolas o zonas despobladas.

Una vez elegido el cajero, buscaban en las inmediaciones la existencia de camiones grúa pluma. La noche anterior, o en la madrugada del mismo día, robaban uno de estos camiones y perpetraban el robo del cajero.

Después, se desplazaban hasta zonas aisladas, donde lo forzaban usando radiales, cuñas, mazos, palancas y otros objetos para abrirlo, accediendo al dinero en efectivo que hubiera en su interior. Luego, dejaban abandonado en el lugar el camión y el cajero fracturado y huían con lo recaudado.

Todos los robos se producían “en las horas más profundas de la noche, entre las 3 y la 5 de la mañana. Incluso durante varios meses, durante el toque de queda de la pandemia en horarios deonde la movilidad estaba extraordinariamnte reducida eran capaces de
no ser detectados”, señalan portavoces de la Guardia Civil.