```

Noticias de Alicante y provincia

martes, 7 mayo 2024

Una alicantina que busca a su melliza registra la primera querella española por un presunto ‘bebé robado’

Los juzgados de Alicante han registrado la querella de María José Picó por la desaparición de su hermana 48 horas después de nacer en el Hospital General Universitario de Alicante en 1962.

La alicantina María José Picó ha interpuesto este viernes 23 de febrero en Alicante la primera querella registrada por un juzgado español por la presunta desaparición forzada de su hermana melliza, 48 horas después de nacer en el Hospital General Universitario de Alicante el 28 de marzo de 1962.

La bebé fue dada por fallecida por personal del centro y enterrada en una fosa común en el cementerio de Alicante pero en las circunstancias de su fallecimiento, entierro y el proceso administrativo acaecen un cúmulo de irregularidades que genera sospechas de que pueda ser un caso de “bebé robado” según sostiene la querella. Asimismo, dos exhumaciones realizadas no han encontrado restos en el lugar donde su padre presenció el entierro y donde también está anotado en el registro del camposanto, el único archivo oficial donde existe constancia de la existencia de la recién nacida.

La demanda se ha presentado por delitos de detención ilegal, secuestro con desaparición, falsedad, crimen de desaparición forzada, todo ello en un contexto de crímenes contra la humanidad.

Picó, que es también la presidenta de la Asociación de Víctimas de Alicante de Bebés Robados y Adopciones Irregulares (AVA), ha explicado que su madre fue derivada por su ginecólogo en Elche al hospital de Alicante donde su hermana y ella nacieron aparentemente sin problemas de salud. Pero a los dos días, a medianoche, se acercó la matrona, una monja, y explicó a su madre que una de sus dos bebés estaba enferma. A las cuatro de la madrugada le comunicó que había fallecido “heladita de frío”. En aquella época los bebés estaban en la sala nido del hospital y no se permitió a los padres ver el cuerpo de la pequeña.

Según el testimonio de María José al llegar su padre al día siguiente y pedir explicaciones “le dicen que tenía que ir rápido a comprar una cajita de madera a un lugar cercano al hospital y que no fuese funeraria para más rapidez”.

A pesar de que a los padres les extrañó que una bebé con aparente buena salud enfermara y falleciera repentinamente “por su mente nunca pasó pensar que a su hija se la habían robado. Aunque no habían visto el cuerpo, pero si un médico y una monja te lo dicen, pues te crees que tu hija está ahí metida”, afirma María José. No les dejaron verla ni tampoco enterrarla en Elche, añade.

La misma caja que su padre adquiere en una tienda de ultramarinos se la devuelven cerrada con clavos y le dicen “que tiene que ir al cementerio rápido porque le estaba esperando el enterrador” y allí debe entregar un papel que le dan en el hospital. Habían pasado 16 horas del fallecimiento, señala, extrañada por estas prisas.

El padre fue testigo del enterramiento y recordó toda su vida dónde se ubicó la pequeña caja de 50x30x25 centímetros pero esta no apareció en las exhumaciones realizadas en los años 2012 y 2013. “En esa esquinita que siempre recordaba toda su vida mi padre se deposita esa caja que ya colmataba esa fosa. Se echan dos o tres palas de tierra encima y ahí queda enterrada la niña”. Era de un tamaño de unos 2 por 2 metros.

Los padres siempre tuvieron “alguna pequeña duda” por cómo acontecieron estos hechos pero fue cuando transcendieron los primeros casos de denuncias de bebés robados “inmediatamente pensaron y fueron hilando que sí que podía haber sido un caso de bebé robado”.

Sin documentos

En enero de 2012 en ese mismo lugar aparece “la impronta de una cajita que no era funeraria por el color que deja en la tierra porque la acompañaba unos clavos bastante grandes”, relata, pero no había restos de bebé. Los únicos restos que se encuentran de bebé en zonas más profundas de la fosa no pertenecen a los de la pequeña, según los resultados de investigaciones, mientras que en la segunda exhumación en una fila contigua tampoco muestra ningún rastro de que hubiera albergado esa caja.

Tampoco se conserva en el hospital ningún documento que acredite el nacimiento de la hermana. Ni el ingreso por parto de su madre, “como si nunca hubiese estado allí”. Según les dijeron, las historias clínicas se perdieron en riadas. El certificado de nacimiento de María José sí está registrado. Misma suerte en el Registro Civil, donde no consta partida de nacimiento ni defunción de su hermana pero la documentación relativa a María José sí está. Tampoco legajo de aborto en que se registraba a los bebés con menos de 24 horas de vida, aunque en su caso superaba ese tiempo. Según explicaron a la familia “en el Registro Civil de Alicante todos los legajos anteriores al año 78 se han perdido”.

En el registro del cementerio sí consta el enterramiento aunque “donde tendría que aparecer el nombre del médico que firmó aquella defunción, en ese lugar pusieron el nombre de mi padre”. También ha desaparecido el legajo de nacimiento de la propia María José, el que expiden en el hospital para llevar a inscribir a los bebés en el Registro. “No se entiende como pudo dar origen a esa partida de nacimiento y tener todos esos datos si aquel legajo ha desaparecido también del Registro Civil”.

La primera querella en España

CEAQUA, Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra Crímenes del Franquismo, ha guiado a María José Picó para emprender este proceso judicial. Se dirige esta acción judicial contra la matrona que firmó el certificado de nacimiento de María José, contra uno de los médicos que presumiblemente asistió al parto y contra el director del Hospital General Universitario de Alicante de la época. También “contra todas aquellas personas que estaban incluidas en esa trama criminal que es objeto de denuncia en la propia querella y que podrán ser perfectamente identificadas cuando se impulsen las diligencias de investigación correspondientes por parte del Juzgado”.

Momento de la intervención del abogado Jacinto Lara por videoconferencia.

A diferencia de las denuncias presentadas hasta la Fecha a Fiscalía, quien decidía la viabilidad de la acción judicial, con la querella el demandante se constituye como parte activa en el procedimiento y no solo se limita a poner los hechos en conocimiento de los juzgados. Esto capacita para apelar a instancias judiciales superiores en caso de que los jueces alicantinos no la admitan a tramite. Es decir, si el juzgado de instrucción en el que recaiga este caso desestima abrir el procedimiento, podrían apelar a la Audiencia Provincial, al Tribunal Superior de Justicia autonómico y a tribunales nacionales, hasta llegar al Tribunal Constitucional e incluso a Europa, explica el abogado de CEAQUA, Jacinto Lara.

La coordinadora impulsa el derecho a la verdad por crímenes de derecho internacional impunes no investigados ni enjuiciados en el Estado español. Con esta acción judicial, pretenden además denunciar “la impunidad mantenida por el Estado español que considera que estos delitos han prescrito”, según María José Picó.

Entre los obstáculos a los que se ha enfrentado esta familia, con ambos padres ya fallecidos pero todavía en vida, señalan que tras las dos exhumaciones, en las que no se encontraron indicios del cuerpo de su hermana, el caso llegó al Juez pero “curiosamente, a los dos días, desde Fiscalía -de Menores- nos vuelve a decir que no, que el caso tiene que ser archivado porque no vive ningún enterrador de la época”.

Esta querella se ha presentado como un delito de desaparición forzada en un contexto de crímenes de lesa humanidad y por lo tanto no sujetos a prescripción. Señala Lara, que presuntamente, concurren además otros delitos como detención ilegal, sustracción de menor y falsedad de documento.

Nunca ha parado de buscar a su hermana

Durante su intervención ante los medios de comunicación, María José, ha explicado que nunca ha parado de buscar a su hermana pero no tiene pistas de dónde puede estar y hay muchos escenarios posibles, como “que ella no sepa que es adoptada y que nunca esto vaya con ella, con lo cual nunca se va a interesar” o que sí sepa que es adoptada pero “no le interesase buscar”.