Un hombre acusado de matar a cuchilladas al propietario de un chalé en el municipio alicantino de Xàbia al que acudía regularmente para la limpieza y mantenimiento de la piscina ha negado la autoría del crimen y ha afirmado que, de hecho, no estuvo en la vivienda el día del suceso, ocurrido en 2021, durante el juicio sobre esta causa iniciado este lunes con jurado popular en la Audiencia de Alicante.
La Fiscalía solicita inicialmente para él la pena de prisión permanente revisable como responsable de un delito con asesinato con la concurrencia de las agravantes de alevosía, de ensañamiento y de situación de especial vulnerabilidad de la víctima, en la medida en que se trataba de un hombre de 97 años, que padecía una enfermedad degenerativa que le restaba capacidad visual.
También pide que se le impongan otros cinco años de prisión por un segundo delito de robo con violencia en casa habitada, tras sostener que, en realidad, el procesado accedió a la vivienda con la intención de robar y que fue al verse sorprendido por el dueño cuando presuntamente le asestó hasta nueve puñaladas con un cuchillo que portaba para que no le delatase.
La acusación particular, ejercida por los tres hijos del fallecido, mantiene esa misma versión de los hechos y reproduce, igualmente, idéntica solicitud de condena.
Por su parte, la defensa pide la libre absolución con el argumento de que “solo existen indicios” o “pruebas circunstanciales” de que el procesado estuvo en las inmediaciones de la casa, pero ninguna evidencia de que fuese él quien cometiese el asesinato, al no haber ni grabaciones del interior de la vivienda ni testigos que presenciasen el crimen.
Los hechos objeto de juicio tuvieron lugar en torno a las 14.13 horas del 20 de diciembre de 2021. El Ministerio Público sostiene que el acusado utilizó las llaves para acceder al recinto del chalé, que la empresa de limpieza de piscinas para la que trabajaba tenía a su disposición para realizar su mantenimiento, a pesar de que no era el día de la semana habitual en el que se desarrollaba esa tarea en esa vivienda.
La Fiscalía sostiene que los investigadores hallaron restos de huellas compatibles con las que habría podido dejar los guantes que utilizaba el procesado para realizar las tareas de limpieza en los cajones de la habitación que había sido desvalijada.
Tanto el Ministerio Público como la acusación particular sostienen que el encausado actuó guiado con el ánimo de robar ante las dificultades económicas por las que atravesaba.
No obstante, en su declaración, el procesado ha asegurado que él no mató al propietario de la vivienda y que, de hecho, no acudió a su chalé el día del crimen, sino que fue a efectuar una limpieza en la piscina de otra vivienda próxima, situada “a unos 20 metros”. Todo, a pesar de que la limpieza de las piscinas de la zona en la que se encontraban las dos viviendas, que la empresa identificaba como el área del Mongó, se realizaba de forma regular los jueves de cada semana y aquel 20 de diciembre era un lunes.
También ha asegurado que los empleados de la empresa disponían de las llaves de las casas que tenían asignadas y que un compañero tenía otra copia adicional de todas ante posible pérdida o emergencias.
Sobre los guantes, el encausado ha señalado que los compró ese mismo compañero de trabajo en una tienda junto a los del resto de trabajadores de la empresa. Además, ha añadido que todos tenían las mismas características, con lo que ha dejado entrever que cualquiera podía haber comprado ese modelo en la misma tienda o en cualquier otra.
Además, ha negado que accediese al interior de la vivienda, ya que “nunca” ha entrado “en ninguna”. Y, sobre la víctima, ha dicho que era un hombre “amable”, que casi siempre estaba solo en la casa y que, cuando lo veía, se saludaban y que le preguntaba a él por su familia.
Durante la primera sesión de la vista también ha declarado el responsable de la empresa de limpieza de piscinas, quien ha negado que él hubiese llamado al acusado para decirle que tenía que limpiar las piscinas de tres viviendas no previstas en la orden de trabajo del lunes en el que sucedieron los hechos, por lo que el acusado no tenía que haber acudido a esa zona y que ninguno de los empleados podía realizar ningún servicio sin contar con su “beneplácito previo”.
No obstante, a preguntas del abogado de la acusación particular, ha apuntado que al menos uno de esos servicios extra sí quedó contemplado como limpieza ejecutada en el parte de trabajo de ese día.
También ha afirmado que el procesado atravesaba dificultades económicas, hasta el punto de adeudarle 5.000 euros que le había anticipado de su sueldo. No obstante, ha dicho que ninguno de los clientes de la empresa había manifestado queja alguna sobre el comportamiento o la actitud del acusado.
El juicio prosigue este martes con la declaración de testigos y proseguirá hasta el viernes, cuando está prevista la entrega del objeto del veredicto para que el jurado popular inicie su deliberación.
