La madre y la hermana de El Rosao, el vecino de Moratalla (Murica) asesinado en Pinoso (Alicante) y cuyo cadáver fue encontrado enterrado casi 17 meses después de perderse todo rastro de su paradero, han dicho este jueves al declarar como testigos en el juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial que desde el primer momento sospecharon de que algo malo le había pasado, ya que no había vuelto a casa a dormir.
La madre ha señalado en esta tercera sesión de la vista oral que se desarrolla ante un jurado popular que el último recuerdo que tiene de él es cuando le dijo que iba a salir un rato y que volvía enseguida, pero ya no volvió a verlo con vida.
Ambas han coincidido en calificarlo de “una persona muy tranquila”, que hacía una vida muy normal, por lo que nunca habían pensado en que alguien pudiera matarlo.
La hermana ha señalado que la muerte de su padre, que falleció varios meses después de la desaparición, “también recae sobre los acusados, porque enfermó a raíz de estos hechos, como también se les puede atribuir mi sufrimiento y el de mi madre”.
En esta nueva sesión de la vista oral, en la que se juzga a tres acusados por los delitos de asesinato y robo y a otros tres como encubridores, ha declarado igualmente como testigo la que fue pareja de uno de estos últimos durante veinte años.
La testigo ha explicado que su entonces pareja le dijo que el coche que estaba aparcado en el garaje de la casa familiar, en Pinoso (Alicante), con el que la víctima se había desplazado desde Moratalla, era robado, pero que le rogó que no preguntara nada más.
También ha prestado declaración en la misma condición el mecánico al que uno de los acusados por el crimen y el robo le pidió que se pusiera en contacto con uno de los encubridores “para hacer un coche”.
Y ha añadido que cuando llegó al garaje observó que el turismo estaba parcialmente desguazado y que el segundo le dijo que debía despedazarlo, pero se negó a ello al sospechar de que algo raro pasaba, ya que el vehículo era relativamente nuevo.
La vista oral continuará el siete de octubre con la declaración de varios agentes policiales que intervinieron en el esclarecimiento de los hechos.
En la segunda sesión del juicio, los tres acusados del asesinato y robo de los 34.000 euros que llevaba el fallecido para la compra de droga a uno de ellos reconocieron los hechos que se le atribuyen, mientras que dos de los tres acusados de encubrimiento también se declararon culpables.
Los tres primeros confesaron que dos de ellos asfixiaron a El Rosao en presencia del tercero, en cuya vivienda de Pinoso, en junio de 2019, se produjo el asesinato y el robo, pero negaron haberlo planeado previamente.


