Desde la asociación profesional de trabajadores penitenciarios “Tu Abandono Me Puede Matar” (TAMPM) comunican que la noche del viernes 16 de octubre un interno del departamento de Aislamiento, clasificado en primer grado y considerado como muy
peligroso y conflictivo, provocó un incendio en su propia celda como protesta por
no tener a su alcance “porros”.
El interno, de origen magrebí, está considerado como muy conflictivo y de ahí que ya haya sido trasladado a otras prisiones varias veces. De hecho, ha generado situaciones muy tensas que han puesto en peligro la integridad física y la vida de los funcionarios de prisiones que lo custodian, tal y como lamentan desde TAMPM.
Quemó el colchón de su habitación y amenazó de muerte a los funcionarios de prisiones
El grave incidente ocurrió la noche del viernes 16 de octubre, cuando el interno, exigía a los funcionarios que lo cambiaran de galería, pues donde estaba en aislamiento “nadie tenía porros y él quería comprar”. Sobre las 21:30h y con tan solo de servicio la guardia de noche, provocó un incendio en su celda, quemando el colchón y la ropa. Afortunadamente, un funcionario de la torre de control pudo dar aviso enseguida y los funcionarios de prisiones, asumiendo funciones propias de bomberos, sofocaron el incendio y salvaron la vida de dicho interno. Por supuesto, también evitaron más daños materiales en las instalaciones de la prisión.
Fue una tarea muy complicada ya que, tal y como explican desde TAMPM, el recluso había sujetado el colchón en la puerta de barrotes para evitar que los funcionarios pudieran acceder a su interior. Aparte, había tapado la ventana que da al exterior de la celda para que no se pudiera ver nada y, desgraciadamente, amenazaba con matar al primero que entrase.
Hasta que el interno no estuvo a punto de perder el conocimiento por el humo, el mando de incidencias no pudo autorizar la intervención de entrada a su celda, para evitar que los funcionarios fueran agredidos.
Desde TAMPM denuncian no solo la falta de medios de defensa ante continuos insultos, amenazas y agresiones por parte de los internos más conflictivos, sino que indican que esa noche no había ni un solo médico en la prisión, por lo que ante esta grave situación fue el enfermero quien consiguió estabilizar al interno para, posteriormente, trasladarlos al hospital.
Sin médico, con un incendio y un preso exaltado y prodigando amenazas de muerte y con 400 internos confinados por un positivo en coronavirus del monitor de talleres productivos. Una situación que para estos funcionarios de prisiones cada vez es más insostenible.
