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viernes, 26 abril 2024

El Hospital Dr. Balmis realiza cerca de 250 tratamientos contra el ictus isquémico en el último año

La Sección de Neurorradiología Intervencionista del Hospital General Universitario Dr. Balmis, pone de manifiesto, ante la reciente celebración del Día Mundial del Ictus, que se ha producido un incremento cercano al 40% de las trombectomías cerebrales en los últimos cinco años, con alrededor de 1.100 procedimientos realizados desde el año 2017.

Esta sección, integrada en el Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Dr. Balmis es responsable del tratamiento endovascular del ictus en la provincia de Alicante y ha llevado a cabo en el último año alrededor de 250 trombectomías en pacientes con ictus isquémico.

Se trata de un procedimiento válido en pacientes seleccionados, por parte del Servicio de Neurología, aproximadamente el 20% de los casos. El resto de pacientes con ictus son candidatos a otros tratamientos que mejoran también su pronóstico, como es el manejo integral multidisciplinar en la Unidad de Ictus, integrada en el Servicio de Neurología, y equipo que coordina la atención de estos pacientes desde la activación inicial del Código Ictus hasta su alta hospitalaria.

En los pacientes candidatos, “el éxito en la trombectomía se puede medir de dos maneras. Por la propia extracción del trombo, procedimiento que resulta satisfactorio entre el 80% y el 90% de los casos; y, por otra parte, el éxito de la recuperación del paciente, que depende del tiempo que haya transcurrido desde que sufrió el ictus hasta que pudo ser tratado. Y, en ese caso, el 60% de pacientes tratados con trombectomía a los 90 días tiene un buen pronóstico funcional”, explica el doctor José Ignacio Gallego, jefe de Sección de Neurorradiología del hospital alicantino, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y el Grupo Español de Neuro Intervencionismo (GENI), que también pone este año el foco en el aumento de estos procedimientos a nivel nacional.

Así, en el Hospital Dr. Balmis se ha incrementado la actividad, en relación con una mejora en tiempo y calidad de los procesos de detección y selección de pacientes, y también ha aumentado la complejidad de los procedimientos.

“Tratamos progresivamente casos más avanzados y somos capaces de acceder cada vez a vasos arteriales más pequeños o tratar a pacientes con sintomatología más leve, pero igualmente discapacitante; también, por el aumento de indicaciones de tratamiento, según las nuevas evidencias científicas y nuestra propia experiencia acumulada. Con ello, logramos una disminución de las complicaciones en pacientes que antes no se podían beneficiar de este tratamiento”, subraya otro de los neurorradiólogos implicados en esta actividad en el centro alicantino.

Esta intensa actividad es también posible por contar con “un equipo consolidado de profesionales con años de experiencia siendo fundamental la buena comunicación entre los servicios implicados en el manejo de los pacientes con ictus”, refiere el jefe de Sección.

En este sentido, el accidente cerebrovascular requiere una atención coordinada entre muchos profesionales de distintos servicios, como son Emergencias extrahospitalarias, Urgencias, Neurología, Anestesiología, Radiodiagnóstico y, dentro de este servicio, Neurorradiología Intervencionista. El objetivo compartido es que la atención a la persona afectada se realice en el menor tiempo posible para evitar la progresión de la enfermedad disminuir sus secuelas y conseguir una mejor y más precoz recuperación del paciente.

Signos de alarma

Por ello, es asimismo “fundamental que la población identifique los signos de alarma de enfermedad cerebrovascular y saber cómo actuar para recibir un tratamiento temprano”, remarcan estos profesionales. Cuando se den síntomas como la desviación de la comisura bucal; parálisis total o parcial de una parte del cuerpo; pérdida total o parcial de la visión y dificultad en el habla, entre otros, “hay que llamar al 112 o llevar al paciente al Servicio de Urgencias más cercano”.

El ictus es la primera causa de mortalidad en la mujer y la segunda global, además de la primera causa de discapacidad en el adulto y la segunda causa de demencia. Es causado por una alteración repentina del flujo sanguíneo, que supone una disminución del aporte de oxígeno al mismo. Existen dos tipos de tratamiento para el ictus isquémico, el fibrinolítico intravenoso y el tratamiento endovascular o trombectomía, que se combinan dependiendo de las características del paciente y del episodio sufrido.

En la trombectomía, el equipo de Neurorradiología Intervencionista, formado por médicos y enfermeros altamente especializados, navega por los vasos, habitualmente desde de la ingle, aunque también se puede acceder por vía radial, hasta el cerebro, para llegar a la arteria cerebral que se encuentra ocluida. Allí, mediante aspiración o la utilización de un stent (una especie de muelle que atrapa el trombo entre sus filamentos), se extrae el trombo que está cerrando la arteria, consiguiendo su reapertura y, con ello, la recuperación de un adecuado flujo sanguíneo cerebral.