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viernes, 26 abril 2024

El yerno de la viuda del expresidente de la CAM niega ser el autor del crimen

A Miguel López, marido de la hija pequeña de María del Carmen Martínez se le acusa de ser el autor material de los dos disparos en la cabeza que acabaron con la vida de su suegra.

Miguel López, acusado del crimen de su suegra, María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala, ha negado este lunes ante un jurado popular haber sido autor del asesinato de la mujer, ocurrido el 9 de diciembre de 2016 en el concesionario de coches que él regentaba en Alicante. Así lo ha negado a la pregunta de la magistrada-presidenta del jurado de si reconocía los hechos, en la primera sesión del juicio, que se celebra en la sede de la calle Pardo Gimeno de Alicante.

La vista, que finalmente y en contra de lo solicitado por la defensa se celebra en audiencia pública, ha comenzado con la lectura de las conclusiones provisionales de las partes. A Miguel López, marido de la hija pequeña de María del Carmen Martínez se le acusa de ser el autor material de los dos disparos en la cabeza que acabaron con la vida de su suegra.

El fiscal José Llor y el abogado de la acusación particular, en nombre del hijo mayor de la víctima, Vicente Sala, solicitan 24 años y medio de prisión: 23 años asesinato y 18 meses por tenencia ilícita de armas. Además, se pide una indemnización de 35.000 euros para cada uno de los hermanos, indemnización que, en el caso de la acusación ejercida por Vicente Sala, renuncia. La defensa de Miguel López, Javier Sánchez -Vera, pide la absolución por falta de pruebas.

El Ministerio Fiscal se ha dirigido a los miembros del jurado, tras la lectura del escrito de conclusiones provisionales, asegurándoles que el asesinato cometido por Miguel López, “refleja ensañamiento” y “fue una ejecución, un crimen horrible”, por cómo se hizo, ya que la víctima sufrió una agonía que duró más de 25 minutos, pero también porque el motivo fue económico.

El fiscal se ha referido a la figura de “prueba por indicios” en la que se basa en este caso, al no existir ni el arma del crimen, ni el ADN, entre otras evidencias. Según el fiscal, sobre las 18.25 horas del 9 de diciembre del año 2016, el acusado ejecutó un plan previamente trazado y, con la excusa de entregar un vehículo a su suegra, le acompañó hasta el lavadero de coches de Novocar, donde lo había estacionado previamente y, cuando la víctima subió al asiento del conductor, efectuó dos disparos a “muy corta distancia” en la zona izquierda de la cara.

El coche, según el fiscal, había sido ubicado en el lavadero, pese a que ya estaba limpio, porque era el lugar más oculto del concesionario y el único en el que las cámaras estaban estropeadas. Además, López, según el escrito, solicitó al encargado del lavadero diferentes trabajos fuera de su puesto para quedarse a solas con la víctima.

En el escrito provisional, el Ministerio Fiscal asegura que la víctima estaba “totalmente desprevenida” y “sin posibilidad absoluta de defenderse”. Asimismo, precisa que no se ha identificado la pistola con la que se efectuaron, aunque sostiene que por la munición utilizada podría ser una ‘Webley Scott’ o una FM modelo 1903, para las que Miguel López carecería de la licencia de armas necesaria y a la que habría acoplado un silenciador.

“BATALLA FEROZ POR EL PODER”

Por su parte, la acusación particular, detalla los mismos hechos, y asegura que la familia estaba manteniendo una “batalla feroz por el poder”, “una guerra por el control de las empresas”, y que alcanzó un punto crítico, cuando la viuda de Vicente Sala cesó a los Consejos de Administración de Sanar Internacional y de la Compañía Española de Resinas y nombró a su hijo mayor, Vicente Sala, presidente de ambas compañías.

Fue entonces, según el relato de la acusación particular, cuando “el acusado decide eliminar esos peligros, y empieza a planificar el asesinato de una mujer a la que despreciaba y calificaba de “déspota, tacaña, y de actitud clasista”.

Por su parte, la defensa de Miguel López asegura, en su escrito provisional, al que le seguirá este martes las conclusiones, que “las acusaciones hacen un relato, pero no presentan pruebas” y que “no hay pruebas porque no ha sido Miguel”.

Apunta Sánchez-Vara que las defensa “acusan por acusar” y que los hechos pueden obedecer a un intento de robo o a una venganza. Para la defensa queda claro que Miguel López no es el autor, “pues es evidente que el homicidio lo realizó otra persona distinta”.

“Demostraremos que López no pudo estar en el lugar de los hechos”, asegura el letrado, puesto que entre los disparos y la muerte de Mari Carmen Martínez transcurrieron escasos minutos: “Antes de las siete le dispararon y a las siete murió”.

Señala, por último, que no se ha podido demostrar que su patrocinado hubiera usado un arma, y que “sin arma no hay delito y, por tanto, tampoco hay tenencia ilícita de armas”, ha añadido.

Admite, sin embargo, que existía un conflicto familiar, aunque en él no solo estaba involucrado Miguel y que fuera tan virulento como cuenta la acusación. Tanto es así, asegura que los hermanos han seguido negociando y han llegado a un acuerdo sobre el patrimonio empresarial, ha explicado.

La defensa ha anunciado que va a solicitar una prueba para saber de quién es el ADN encontrado en la escena del crimen, ya que ha quedado demostrado que no es de su defendido y que presentarán un informe de la empresa de seguridad de Novocar, en el que se asegura que en el concesionario nunca ha habido cámaras de seguridad, tan solo hay cámaras de detección de movimientos,

Por último, ha querido destacar que, a Miguel López, estos dos años “injustamente acusado” le ha supuesto un trastorno depresivo que le ha obligado a abandonar su trabajo.

VISITA A NOVOCAR

Ayer tarde se celebró la inspección ocular del concesionario de coches Novocar, donde se produjo el crimen. El jurado ha conocido de la mano de miembros de la Policía Nacional, cómo es el concesionario, la ubicación de las cámaras, el lugar exacto en donde estaba situado el Porsche Cayenne de María del Carmen Martínez.