CGT Alcoyana pide la paralización del servicio de autobuses

La sección sindical de CGT Alicante denuncia que los conductores de autobuses están totalmente expuestos al contagio del coronavirus.

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Medida preventiva en autobuses


La propagación del coronavirus está poniendo en peligro la salud de trabajadores de muchos colectivos y ya lo están denunciando ante los medios de comunicación.

Esta vez le toca el turno a los conductores de autobuses de la empresa Alcoyana.
Tal y como afirman desde CGT (Confederación General del Trabajo) Alcoyana Alicante, no se están cumpliendo unos mínimos de seguridad y los trabajadores están totalmente expuestos a un posible contagio del COVID-19. 

Antes del decreto del Estado Alarma, ya solicitaron a los directivos de la corporación la aplicación de medidas preventivas para evitar males mayores. Detallamos a continuación algunas de ellas:

  • Instalación de mamparas de protección para conductores
  • Dotación de gel desinfectante en cada transporte
  • Dotación de guantes, mascarillas y gafas de protección
  • Prohibición de pago en efectivo por parte de usuarios
  • Distancia de seguridad mínima de 1,5m entre usuarios y conductores
  • Acceso de usuarios por parte trasera

Desde CGT aseguran que empresas de autobuses de otras ciudades, ya las han aplicado, bajo indicaciones de paralizar los servicios en caso de no hacerlo.

. En cambio, en la Alcoyana solo se aplicaron las siguientes:

  • Los conductores dispondrán de un bote de gel desinfectante
  • Se deberán abrir las ventanas para favorecer la ventilación
  • Desinfección de autobuses cada noche
  • Inhabilitación de los asientos de la fila posterior al conductor
Asientos inhabilitados como medida preventiva por el COVID-19

“Estas medidas son insuficientes y nos sentimos verdaderamente desprotegidos”, señala uno de los representantes sindicales de CGT.
Además, como agravante a esta situación explica que dentro del Comité de Empresa apenas tienen voz, pues UGT y Comisiones Obreras suman mayoría y “deciden por su cuenta”. 

Por otro lado, CGT aclara que mandaron un comunicado a la empresa informando que iban a trasladar sus inquietudes a Inspección de Trabajo y solicitar la paralización del servicio, si no se aplicaban las medidas preventivas que garantizaran la seguridad de los trabajadores. 

Se apoyan en la vulneración de varios artículos de la Ley Prevención de Riesgos Laborales. Aparte, recalcan que,según el decreto del Ministerio de Salud, a los conductores de autobús se les considera “personal de contacto estrecho” con el COVID-19. 

A día de hoy, reconocen no haber recibido respuesta por parte de los directivos de Alcoyana.
Tras informarse con asesores legales, descubrieron que el Comité de Empresa por sí solo puede paralizar el servicio si no se toman las medidas oportunas que, además, vienen reforzadas por el decreto de Estado de Alarma. Sin embargo, explican que las desavenencias con UGT y Comisiones Obreras están dificultando este proceso.

Tal y como explican desde CGT, estos dos sindicatos les habían comunicado su decisión de paralizar el servicio, pero a última hora del lunes cambiaron de opinión. Y como los representantes sindicales de CGT son minoría no pueden sacar esta medida extraordinaria adelante. 
Insistiendo en que los trabajadores salen a trabajar sin las condiciones mínimas de seguridad, añaden que desde la empresa “solo han puesto cartel en los autobuses con recomendaciones para que los usuarios no paguen en efectivo y permanezcan en la plataforma del autobús el menor tiempo posible”, lo que aseguran genera conflictos. 

Aparte, recuerdan que no todas las personas son civilizadas y consideradas. “Hay gente que les tose, les habla cerca e incluso les tocan”, denuncia el representante sindical.

Incluso manifiestan que la empresa ha transmitido a los conductores la obligación de usar el gel con responsabilidad, bajo amenaza de sanción. “Encima nos dicen que si gastamos gel de más, nos expedientan. Y no tenemos ni mascarillas ni guantes”, lamenta también.

Los trabajadores de la Alcoyana están realmente preocupados por esta situación porque tienen miedo de contagiarse y llevar el virus a sus hogares. Pero salen a trabajar porque hay otro miedo mayor, la posibilidad de ser despedidos por abandonar sus puestos de trabajo. 

Por todo esto, CGT va a seguir presionando para garantizar que se cumplan nuevas medidas preventivas o intentarán paralizar el servicio. Aunque alegan que algunas de las expuestas en el decreto de Estado de Alarma para todos los ciudadanos no son viables en un autobús.

“En un autobús de 16 metros con un aforo de 85 usuarios, matemáticamente es imposible que mantengan la distancia de 1,5 o 2 metros. Ni incluso reduciendo el aforo al 50%”, explican desde CGT.  

“Están jugando con nuestra salud y nos sentimos despreciados por la empresa”, apuntan.