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jueves, 18 abril 2024

La Universidad de Alicante elabora una metodología para evaluar daños provocados por mascletás en construcciones

Las mascletás deben hacerse fuera del entorno del patrimonio histórico y zonas protegidas o reducir la fase de “terremoto”, la más dañina, según el informe.

El Grupo de Simulación, Modelización y Ensayo de Estructuras (GRESMES) de la Universidad de Alicante, dirigido por el catedrático de Ingeniería civil, Salvador Ivorra, ha desarrollado una metodología para evaluar el daño en edificios históricos, basada en numerosos trabajos de investigadores de todo el mundo. Los expertos han validado los resultados con los datos obtenidos de la exposición del Palacio de Altamira de Elche, edificio histórico catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), y el resto de construcciones patrimoniales de su entorno a las mascletás que se lanzan durante las fiestas patronales de agosto, constatando que sí se producen daños.

En Elche estos disparos pirotécnicos con cargas explosivas se concentran durante los días de celebración de sus fiestas patronales, en agosto, en el entorno del Palacio de Altamira, el Museo Arqueológico y la muralla, centro histórico de la ciudad.

La publicación hace tres años (2018) de las conclusiones al estudio dinámico de estructura, realizado dos años antes (2016) por GRESMES sobre el alicantino monumento histórico de la fuente de Los Luceros, obra del artista Daniel Bañuls (1930), estudio en el que demostraron que la fuente y la estructura de la estación del TRAM, ubicada justo debajo, sufren daños debido al exceso en los niveles de vibración (aceleración) generados por las mascletás que se lanzan en ese lugar, y donde comprobaron – asimismo – que éstas exceden los límites recomendados en diferentes estándares internacionales y español, llevó al Ayuntamiento de Elche a encargar un estudio similar .

En esta ocasión los miembros del Departamento de Ingeniería Civil de la UA han  desarrollado una metodología para evaluar el daño en edificios históricos, basada en numerosos trabajos de investigadores de todo el mundo. Los expertos han validado los resultados con los datos obtenidos de la exposición del Palacio de Altamira de Elche, edificio histórico catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), y el resto de construcciones patrimoniales de su entorno a las mascletás que se lanzan durante las fiestas patronales de agosto, constatando que sí se producen daños.

Los resultados obtenidos del estudio y la metodología diseñada para su medición y análisis están publicados en el artículo “Effect of pyrotechnical effects on heritage constructions: The Altamira Palace in Elche, Spain” en la revista científica indexada  International Journal of Architectural Heritage.

Fases y metodología diseñada

Para la obtención de estos resultados y conclusiones, los investigadores colocaron sensores, denominados acelerómetros sísmicos, en varios puntos del Palacio de Altamira, el Museo Arqueológico y en un paño de la muralla que hay en esa misma plaza. Los edificios históricos se encuentran en el centro de la ciudad, cerca de las plazas donde tienen lugar las celebraciones. Además, hay que tener en cuenta que la Basílica de Santa María está muy cerca de la zona. Las mediciones se realizaron durante las mascletás de dos días consecutivos en la festividad del 15 de agosto de 2019. Durante los seis o siete minutos que suele durar la mascletá los acelerómetros sísmicos recogieron los valores.  Además, para obtener resultados más precisos, los expertos de la UA cambiaron de lugar los sensores, instalándolos un día en la zona de las almenas y el segundo día en la zona de suelo.

Previo al análisis de los valores detectados, los investigadores realizaron un trabajo de recopilación de bibliografía existente, normativa internacional, tanto europea como española, que hace referencia a los efectos sobre las construcciones de vibraciones en su entorno; bibliografía relacionada con los efectos del tráfico en el Coliseo romano; y sobre el efecto de las voladuras en canteras en Estados Unidos, para conocer cómo se transmiten las vibraciones por el suelo.

Los resultados concluyen que se observa la existencia de cuatro fases a lo largo de la duración de la mascletá: una fase inicial caracterizada por la voladura de fuegos aéreos; el cuerpo o fase principal de la mascletá, donde se sucede una mayoría de detonaciones a baja frecuencia a nivel de suelo y combinadas con algunos fuegos aéreos; una tercera fase, con gran concentración de fuegos a media altura (rango amarillo en Figura 5) que provoca un impacto fuerte en muy poco tiempo. Este es el llamado “terremoto”. Y la fase final, que combina fuegos aéreos con algunas explosiones de suelo de fuerte impacto.

Salvador Ivorra, catedrático de Ingeniería civil y director del grupo de investigación, explica que “estas fases se suceden de forma muy repetitiva en las mascletás”. En la imagen h de la figura 8, la medición del acelerómetro muestra el intenso y fuerte impacto que recibe la muralla de tapial. La imagen e de la figura 6 indica el punto de la muralla de tapial donde colocaron el sensor.

Con estos resultados obtenidos los investigadores han diseñado una metodología de estudio del efecto de las mascletás en los edificios históricos. Los científicos han elaborado una tabla que determina los tres umbrales límite, producidos por las vibraciones, que no hay que sobrepasar para el caso de los edificios industriales, los residenciales y las construcciones patrimoniales. Esta tabla de umbrales límite está basada en la bibliografía y normativas recopiladas y estudiadas, tanto nacional como internacional. De entre todas las normativas estudiadas sobre los niveles de límites de vibración los investigadores se han quedado con la alemana “por ser un poco más restrictiva que la española”, asegura Ivorra.

Explica el catedrático que son las “frecuencias más bajas las que están generando que se sobrepasen los umbrales. Esto sucede en el terremoto. Tenemos una zona de pequeña duración pero con niveles de aceleración muy superiores a cualquier otro”.

A la vista del análisis y los resultados obtenidos los investigadores hacen dos recomendaciones: en primer lugar, “no hacer mascletás tradicionales en los entornos de los edificios históricos y de zonas protegidas. Y, en segundo lugar, si se van a llevar a cabo, redefinir la mascletá reduciendo la zona del ‘terremoto’”, indica Salvador Ivorra Chorro, catedrático de Ingeniería civil.

El experto añade que “esto mismo es también extrapolable a los edificios residenciales”.

Los investigadores de la UA hicieron hace dos años esta recomendación al Ayuntamiento de Elche. El Ayuntamiento hizo público el informe en 2019.