Sé, que en los corazones honrados palpita con fuerza ese DESEO de un cambio real, pacífico y para todos/as. Hemos de conseguir que la democracia nos pertenezca como si la hubiésemos parido, amamantándola para que crezca sana, robusta y fuerte, sin que nadie pueda tumbarla a su favor, porque sería tumbar a todo un pueblo.
Hoy el mundo es mucho más benévolo que antaño, los medios de supervivencia más asequibles. Dominamos grandes avances técnicos y científicos, podemos construir edificios inteligentes, antisísmicos, trasvasar el agua de donde sobra a donde la necesitan, desarrollar las energías limpias
La juventud actual no solo ha perdido esa inspiración que en otros tiempos manifestaba, también ha perdido la esperanza de luchar por su futuro económico