La llegada del AVE a Orihuela desde la capital deja en evidencia la falta de cohesión territorial en la Comunitat, ya que, sin el famoso “Corredor Mediterráneo”, llegar a Valencia conlleva más tiempo al no haber línea de alta velocidad.
Ayer presentaban en Elche la puesta en marcha del nuevo tramo de AVE que conecta Orihuela y Elche con Madrid en poco más de 2 horas. Así lo anunciaban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el autonómico, Ximo Puig y José Luís Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Todos coincidían en que la llegada de la línea de alta velocidad a las comarcas de la Vega Baja y Baix Vinalopó tenía un claro objetivo, la cohesión territorial en la Comunitat Valenciana. Pero, ¿esa cohesión es real?
Sorprende bastante que ahora mismo, tal y como figura en la web de Renfe, se tarden 02:32 minutos desde Orihuela a Madrid (aunque ayer anunciaron que iban a ser 02:20) y, en cambio, a Valencia, el trayecto implique 02:52 en el Intercity y 03:26 en el Media Distancia, cuando el recorrido kilométrico es mucho menor y son municipios de la misma comunidad.
La ausencia del Corredor Mediterráneo como falta de cohesión entre municipios de la Comunitat
¿A qué se debe esta incongruencia? Pues básicamente a que la llegada del famoso “Corredor Mediterráneo” sigue siendo una utopía actualmente en la Comunitat Valenciana. A pesar de que los máximos dirigentes políticos aseguran que esta nueva línea forma parte del proyecto y de la línea de alta velocidad de Levante, la realidad demuestra que grandes ciudades como Orihuela y Elche no están conectadas de forma directa y rápida con Valencia y Castellón, lo que evidencia una ausencia de cohesión territorial en la red de infraestructuras valenciana.
El “Corredor Mediterráneo es una infraestructura prometida por el Gobierno para conectar España con Europa, una ambiciosa plataforma que uniría Algeciras con la frontera francesa en una línea de alta velocidad.
Esto supondría viajar más rápido y mejoraría el transporte de personas y de mercancías, potenciando el tejido socio-económico y la industria española. Por ejemplo, los productos agrícolas de la Vega Baja podrían transportarse en tren, lo que facilitaría las exportaciones no solo de esta comarca sino de la región de Murcia. Otra de las principales ventajas sería la reducción de tiempos pues podríamos llegar de Alicante en Barcelona en tan solo tres horas (ahora se tarda entre 4:30-5:30h), algo que parece muy lejano cuando actualmente desde el municipio de Orihuela a Valencia se tarda como mínimo casi 3 horas.
Aunque la llegada del Corredor estaba prevista para 2020, la realidad es que no se llevaron a cabo todos los proyectos de infraestructuras planteados. Bien es cierto que ayer anunciaron el nuevo tramo de AVE Monforte del Cid-Elche-Orihuela-Región de Murcia que conecta con Madrid como avance hacia el “Corredor”, pero sigue sin haber línea de alta velocidad que conecte las comarcas de la Vega Baja y Baix Vinalopó con Valencia ni Castellón.
Movimiento empresarial #QuieroCorredor
Ante estos retrasos y falta de cohesión en la Comunitat, surgió hace 4 años el movimiento #QuieroCorredor que, tras 2 décadas de retrasos en las obras, reclama al Gobierno que sea una prioridad en la agenda política y que esta plataforma ferroviaria una todas las ciudades mediterráneas con el resto el país y con Europa.
No cabe duda que ahora mismo con la situación de crisis económica que atraviesa el país por la pandemia, el “Corredor Mediterráneo” sería una vía eficiente para reactivar el tejido empresarial y comercial, así como para vertebrar todo el arco mediterráneo.
