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jueves, 28 marzo 2024

Los “guerrilleros”, mandos militares de élite del ejército español

La base de los Mandos de Operaciones Especiales (MOE), está localizada en Alicante. Proteger la paz y la lucha contra el terrorismo son sus principales misiones.

El MOE es la unidad de Mando de Operaciones Especiales del ejército, cuya base oficial está en el cuartel de Rabasa en Alicante.

Las Operaciones Especiales del ejército tienen características peculiares por su complejidad y nivel de riesgo. Es por eso que hay un grupo específico de militares que las ejecutan, el GOE (Grupo de Operaciones Especiales), más conocidos como boinas verdes. Y sus mandos, oficiales y suboficiales, se agrupan en el MOE, militares de élite absolutamente entrenados y preparados física y mentalmente para dirigir operaciones de alto riesgo y capaces de desplegarse con rapidez en zonas de contingencia, alejadas del territorio nacional y durante períodos prolongados.

Mantener la paz y proteger nuestras fronteras, entre sus principales funciones

Participan en un sinfín de acciones internacionales, algunas completamente clasificadas. Principalmente, coordinan misiones humanitarias para mantener la paz en zonas de conflicto bélico como Bosnia, Irak, Kosovo, Afganistán, Líbano o Mali. Este tipo de cometidos requieren personal adiestrado y altamente motivado; empleo de medios de tecnología avanzada, uso de procedimientos de inserción por tierra, mar y aire, y la necesidad de comunicarse con efectividad en un ambiente multinacional e inestable. Y, por supuesto, requiere valor y entrega.

Pero cabe destacar que la lucha contra el terrorismo internacional y el yihadismo es otra de sus máximas. Están totalmente preparados para el rescate de rehenes en zonas hostiles, así como en la captura de terroristas, unas acciones totalmente delicadas y peligrosas. Incluso participan en el entrenamiento a fuerzas locales en países en guerra, con el objetivo principal de garantizar las fronteras y evitar que dichos conflictos alcancen territorio español.

Tal es su valía que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) cuenta con esta unidad para el despliegue urgente de operativos para hacer frente a cualquier conflicto armado que ponga en peligro a alguno de los Estados Miembros.

¿Qué perfil tienen los Mandos de Operaciones Especiales?

Son profesionales con un alto espíritu militar. La gran mayoría hombres, aunque algunas mujeres han logrado llegar a ser mandos también. Evidentemente, tienen vocación e interés por lo que hacen. Llevan a sus espaldas una sólida formación profesional y un avanzado entrenamiento físico. Su capacidad de sacrificio es indudable y admirable. Son líderes y gozan de una facultad de adaptación y resistencia extrema, más propia de súper héroes de película que de simples humanos. Están entrenados para dirigir cualquier vigilancia o intervenir en ataques concretos, para reducir cualquier peligro que amenace la seguridad de nuestro país o la vida de compatriotas en zona enemiga.

Son personas que llevan el valor por bandera e increíblemente fuertes. Y fuertes no solo a nivel físico sino también psicológico, puesto que las misiones que llevan a cabo pueden provocar que estén meses en zonas peligrosas intentando sobrevivir, para garantizar la consecución de los objetivos marcados. Además, también pueden pasar mucho tiempo incomunicados con su familia y seres queridos, por lo que la fortaleza mental es una de sus claras virtudes.

Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE)

La formación de las unidades de Operaciones Especiales es continua y especializada. Sobre todo la del MOE. Los mandos potencian su bagaje, destrezas y rendimiento en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales Jaca (Huesca).

En la EMMOE cada año programan un curso de perfeccionamiento donde solo los más preparados pueden acceder, ya que las pruebas previas para entrar son extremadamente duras. De 200 que se han presentado este año, solo 60 pasaron las pruebas de acceso y los baremos de puntuación en función de su trayectoria. Actualmente, solo continúan 35. Le llaman curso, pero indiscutiblemente constituye toda una proeza y seguramente una misión imposible para la mayoría de mortales. Y es que durante 9 meses se someten a duras pruebas de entrenamiento y son formados en diferentes materias estrechamente relacionadas con las misiones y maniobras más peligrosas.

Los principales fines de este curso son: proporcionar a los mandos los conocimientos necesarios para planear, conducir y ejecutar, a su nivel, misiones específicas de operaciones especiales, fundamentalmente de reconocimiento especial, acción directa y asistencia militar. A continuación, detallamos algunas de las técnicas y ejercicios que practican en el curso y que están detalladas en la web de la Escuela:

  • Módulo básico (fase selectiva):  Adiestramiento físico militar I; Armamento y tiro I; Instrucción técnica de combate I; Superación de obstáculos; Sanidad I; Topografía y navegación; Transmisiones.
  • Módulo específico: Paracaidismo; Instrucción físico militar II; Armamento y tiro II; Inteligencia y contrainteligencia; Instrucción técnica combate II; Explosivos; Operaciones militares en terreno urbano; Operaciones aeromóviles; Planes y órdenes; Sanidad II; Supervivencia; Táctica; Vida, movimiento y combate en montaña invernal.
  • En el Módulo de aplicación: Instrucción físico militar III; Sanidad III; Ejercicios tácticos; Vida, movimiento y combate en medio acuático.

Sobreviven pasando hambre, frío y sueño en condiciones extremas

Cabe destacar que en el segundo módulo, tiene lugar la formación SERE (Supervivencia Evasión Resistencia y Escape), reconocido por la OTAN. Dura entre 8 y 15 días, un período donde se enfrentan a un número infinito de desafíos, e incluso a sus propios miedos, y acaban sintiendo que están en el mismísimo infierno.

Tal y como nos explican desde la EMMOE, los instructores, mandos militares, les plantean una situación no prevista a los alumnos en donde se hallan en una zona esperando la evacuación del helicóptero, pero por alguna razón, no puede aterrizar, y no les pueden recoger, estando en territorio enemigo.

Es entonces cuando inmediatamente han de preparar un plan de evasión a la espera de que vuelvan a por ellos. Es un simulacro de algo que puede ocurrir con demasiada frecuencia cuando se encuentran en este tipo de misiones. Los militares se quedan aislados en zona conflictiva y tienen que sobrevivir con lo que tengan. Es decir, pueden quedarse incomunicados en mitad de la montaña y “tienen que buscarse la vida”. O más bien, mantenerse con vida, a pesar de las condiciones nefastas.  En la Escuela les enseñan a superar cualquier situación adversa en mar, tierra o aire, con el clima en contra (Jaca precisamente no conocida por su microclima caluroso) y en clara desventaja frente a posibles amenazas.

Una vez aceptada la situación, el mando de mayor rango divide la unidad en pequeños grupos, a los que asigna determinadas funciones, para las que ya han sido formados previamente en la primera fase. Por ejemplo, tienen que construir un refugio en mitad de la montaña o en zona de nieve. Obviamente, también deben encontrar algún recurso natural que les proporcione agua, puesto que no saben cuánto tiempo van a permanecer allí. Y como no tienen comida, pues han de pescar, cazar y aprovechar los recursos vegetales de la zona, para lo que también han sido instruidos, con el objetivo de saber, por ejemplo, qué plantas son comestibles o cuáles son venenosas.

Aprenden a cocinar en circunstancias adversas, bajo lluvia, viento y tempestades. O con temperaturas bajo cero. Y también les enseñan a conservar la comida que obtengan, porque quizás al día siguiente no puedan cazar nada.  Saben construir un iglú de la nada, para momentos en los que se queden en tierra de forma imprevista y no tengan ni un saco de dormir o algún elemento aislante.

Imagen: EMMOE

A lo largo de todos estos días van perdiendo no solo kg, sino fuerza y energía. Pueden perder entre 6 y 8 kg, nos explican desde la EMMOE, pero depende de cada constitución. Además, en el curso, mientras van teniendo ese desgaste físico y pasan hambre y frío, tienen que practicar todas las técnicas de combate aprendidas con anterioridad, lo que aumenta considerablemente su nivel de cansancio y fatiga. Por ello, recalcamos que la fortaleza es indiscutiblemente una de sus virtudes. Lo mismo recorren un río profundo haciendo una cadena humana, que intentan atravesar una zona nevada buscando materiales para hacer raquetas para los pies. Nada puede frenarlos con tal de conseguir los fines que les han encomendado. Así que la resistencia mental y física es condición indispensable para hacer este curso, aunque también el espíritu de compañerismo y el trabajo en equipo. Y es que ellos no dejan a ninguno atrás. El apoyo entre compañeros es vital en cursos como este, que al final no son más que un simulacro de las situaciones delicadas y extremas que han de vivir cuando están en una misión.

En definitiva, la fase de SERE es una instrucción táctica de combate muy dura, en la que se les exigen conservar al máximo las condiciones físicas y psicológicas, para luego poder aplicar los conocimientos que han adquirido durante  las fase específica y de aplicación.

Por otro lado, hay que aclarar que en todos los ejercicios que conllevan un riesgo siempre van acompañados de servicios médicos que puedan atenderles en cualquier momento y de sus profesores, militares altamente cualificados.

Los Mandos de Operaciones Especiales, militares de élite, formados para las misiones más difíciles, preparados para lo peor y entrenados para superar lo que sea como si fueran unos auténticos super héroes. Pero no lo son, ni quieren que se les consideren así, porque al final son solo personas que han elegido el ejército como forma de vida, el sacrificio y la entrega como el camino diario y la protección de otras personas como una de sus máximas. No serán súper héroes, pero no cabe duda de que son unos salvavidas humanos.

Agradecemos la predisposición del gabinete de prensa del Ejército de Tierra y de la EMMOE para facilitarnos toda la información y fotos que hemos necesitado para escribir este reportaje.