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sábado, 20 abril 2024

LGTBI: Los menores trans esperan 4 años para operarse

La asociación Chrysallis, lucha por los derechos de los menores trans en la Comunitat Valenciana y para acabar con la discriminación.

La asociación Chrysallis denuncia que con la pandemia las listas de espera para operaciones genitoplastia, en el caso de menores que quieran operarse, han aumentado por dos, así como el tiempo para recibir apoyo en las unidades de identidad de género.

La lucha por la aplicación de la Ley Trans es una lucha continua del colectivo LGTBI+ y de las asociaciones por los derechos de las personas trans. E indudablemente por los de los menores. Ellos están doblemente desamparados. Por un lado, por ser personas trans y, por otro, por ser menores, puesto que su libertad viene supeditada a las decisiones de sus progenitores.

Hoy, 17 de mayo, en el día mundial de la LGTBIfobia, la asociación denuncia más que nunca “la marginación que viven las personas trans, especialmente los menores”.

Imagen: Chrysallis

Falta de personal para atenderles a nivel sanitario, social y psicológico

Desde Chrysallis, asociación que lucha por los derechos de los menores trans en la Comunitat Valenciana, denuncian “la absoluta discriminación y abandono” que sufren por parte de la sociedad. Es una organización social formada por personas trans y madres y padres de menores trans.

“Las personas trans siguen estando muy marginadas”, lamenta Cristina Feiró, enfermera de profesión, coordinadora de la asociación y madre de un menor trans.

Explica también que hay tres unidades de identidad de género en la Comunitat, una por cada provincia. Sin embargo, la pandemia ha duplicado el tiempo de espera incluso para ser atendidos por profesionales sanitarios y psicólogos expertos en la materia. Sin embargo, aclara que en nuestra Comunitat hay muchos más avances que en otras.

“Los padres de menores trans piden cita y les dan para dentro de dos meses como mínimo”. Y es que, según insiste, “la pandemia ralentiza aún más el sistema”. No obstante, expone que también esta situación que estamos viviendo ha permitido que muchos menores cuenten a sus padres que son personas trans. Esto es debido a que al estar confinados y pasar más tiempo en su zona de confort, con su familia, han verbalizado cómo se sienten y lo que quieren.

Cada vez hay más menores que dan el paso a hablar con sus progenitores sobre esta cuestión. Hay una mayor demanda”, señala Feiró.

Pero encuentran unas trabas importantes por lo que hemos detallado anteriormente. Por eso solicitan a la Generalitat que aumente lo antes posible el número de profesionales de las unidades mencionadas, para reducir el retraso.

“Hay que ir al ritmo del menor, ya que cada vez tiene más necesidades que las familias no saben o no pueden atender”, apunta.

Y aunque desde la asociación les facilitan asesoramiento y acompañamiento continuo, así como les informan sobre las unidades citadas y los procedimientos a seguir, “es necesario que haya más personal público para atender a estos menores”.

Desde los 3 años empiezan a mostrar su verdadera identidad de género

No cabe duda que hay un alto grado de desconocimiento en materia trans por parte de la sociedad. Por supuesto, a eso hay que añadir el rechazo y el miedo que a veces sufren los progenitores sobre cómo será el futuro de sus hijas e hijos. De ahí la importancia a que cuenten con apoyo desde el primer momento, ya que según explica Feiró, “un menor te puede dar pistas de su verdadera condición de género desde los 3 años”.

Desde bien pequeños un niño puede hacer ver a sus padres que realmente es una niña, puesto que coge juguetes tipificados principalmente para niñas, o colores, ropa o incluso se cambian el nombre propio. “Incluso a veces lo hacen de forma extrema para decir -Oye, estoy aquí y soy una niña-“, resalta Feiró.

“Cuando todos los días te niegan tu identidad de género, lo hacen visible con juegos, nombres o vestimenta. Tienen que demostrar todos los días lo que son”, argumenta la delegada de Chrysallis. Por eso, demandan también que en los centros educativos se acabe con la formación que suponga una división binaria del sexo de los menores, a fin de normalizar “otros tipos de género”.

“Es necesario que se hable de aparato reproductor ovogénico y espermatogénico desde el colegio”.

Cristina Feiró, madre de menos trans

“Hemos conseguido que una editorial no haga visión binaria de los aparatos reproductores, sin que ponga masculino y femenino. Pero hasta que nivel estatal no se consiga un cambio curricular de estos conceptos, dependemos de los profesionales de la Educación y de los centros”, insiste. De ahí, insiste, “en la importancia de la formación”.

Hasta 4 años para poder optar a la genitoplastia en la Sanidad Pública

Al hecho de ser menor y de depender de la decisión de sus progenitores, ya que en este país, sin el consentimiento de ambos un menor no puede operarse hasta los 18, hay que añadir el retraso de la Sanidad Pública. Un menor trans que quiera operarse puede esperar hasta 4 años actualmente para poder realizarse una genitoplastia. Antes de la pandemia era la mitad de tiempo, “aunque seguía siendo mucho”, teniendo en cuenta que, tal y como informa Feiró, al año se realizan 70 intervenciones en la Comunitat.

“Hay personas que se desesperan y tienen que invertir sus ahorros para operarse en la privada. Nosotros abogamos por empoderar a nuestros menores”.

Pero Feiró explica, que no todos quieren realizarse una genitoplastia. “Son cuerpos perfectos física y biológicamente y es necesario normalizar que existen mujeres que tienen pene y mujeres que tienen vulvas”, añade. 

Por otro lado, y siguiendo con las trabas a las que se enfrentan, Feiró explica que el cambio registral de género exigen una serie de documentos y de paso que rozan la vulneración del derecho constitucional a la no discriminación por género.

“Te acusan de tener una enfermedad psíquica. Te exigen dos años de hormonación y diagnóstico psicológico”, denuncia. Algo que aparte señala que ni siquiera lo recoge el Código Internacional de Enfermedades, puesto que fue eliminado por la OMS.

 

“El monstruo no está dentro del armario, sino fuera. En la sociedad”

Cristina Feiró, madre de menos trans