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martes, 16 abril 2024

Aumentan a 180 los fallecidos por las inundaciones en Alemania y Bélgica

La Policía alemana ha confirmado además otros 670 heridos, la mayoría en el valle de Ahr, donde las carreteras siguen bloqueadas y los puentes, destruidos.

Los expertos creen que las inundaciones como las que arrasan varios países de Centroeuropa y que han dejado ya decenas de víctimas mortales, sobre todo en Alemania y Bélgica, serán cada vez más frecuentes y están relacionadas con el cambio climático pero también con la acción del hombre.

La ciencia apunta a que las precipitaciones como las caídas desde el jueves tienen relación con el calentamiento global. “Sabemos que más calor conlleva, por ejemplo, más nubes de evolución diurna y más frecuencia de lluvias torrenciales”, asegura Fernando Valladares, investigador del CSIC.

Joan Grimalt, experto en cambio climático del CSIC, explica que el cambio climático debilita la corriente del Golfo “y cuando pasa esto hay un montón de calor que se tiene que transmitir por la atmósfera; entonces es como si fuera una ruleta rusa”.

Eso provoca un distribución aleatoria del calor que está en la base de fenómenos climáticos “sin precedentes” en varias regiones, como advierte la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que relaciona con el cambio climático las inundaciones en Europa Central, pero también la ola de calor en Norteamérica o las altas temperaturas en Escandinavia, que dejan imágenes inéditas como baños en plena noche en Helsinki (Finlandia).

Tampoco se pueden desvincular del calentamiento global los incendios en Siberia o el temporal Filomena, que provocó intensas nevadas en España el pasado mes de enero.

Los efectos de la actividad humana

El experto en climatología e hidrología de la Universidad de Postdam Dieter Gerten señala a EFE que estos fenómenos serán cada vez más habituales, como prevén los modelos climáticos, que ponen el foco en la emisión de gases de efecto invernadero como consecuencia de la actividad humana.

Sin embargo, unas lluvias de este calibre no tienen precedentes en esta región y no eran esperadas ni siquiera por la comunidad científica.

“La novedad de este evento en particular en el oeste de Alemania es que afectó a una región tan grande, en el verano, y con tal intensidad, lo que no se ha observado antes en esa región. Sólo en lugares más pequeños hay diferentes tipos de inundaciones en invierno que afectan a los grandes ríos, pero no tanto a los pequeños, como en este caso”, dice Gerten.

Pero las consecuencias de las lluvias torrenciales no hubieran sido tan devastadoras sin la mano del hombre. “La construcción de avenidas, calles, infraestructuras, haber cambiado el curso de los ríos…, hacen que una precipitación tenga más dificultad para drenarse y llegar al mar”, destaca Fernando Valladares, del CSIC.

Un ejemplo gráfico lo aporta la OMM, que ha compartido una imagen de la localidad alemana de Altenahr previa a las inundaciones y otra posterior, en la que se aprecia cómo el río recupera su cauce, arrasando a su paso con las construcciones que había en el curso.

Fenómenos cada vez más frecuentes

La canciller alemana, Angela Merkel, que ha visitado este domingo la zona más afectada, ha advertido que el desastre no debe atribuirse solo al cambio climático y que hay que replantearse también la actuación humana en las cuencas fluviales. “Pero la suma de los fenómenos extremos a lo que asistimos evidencian que debemos ser más ambiciosos”, por lo que apuesta por alcanzar la neutralidad climática “cuanto antes”.

“La ciencia nos está diciendo que los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes y prolongados con el cambio climático”, ha advertido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quie pide “avanzar en una economía más limpia, sana y sostenible”.

“Cada vez más tendremos fenómenos metorológios más bruscos y más fuertes; entonces somos los primeros interesados en disminuir esto”, coincide el experto en cambio climático Joan Grimalt.

Dieter Gerten responsabiliza a los países industrializados, a quienen pide que se tomen “en serio” sus compromisos en los acuerdos climáticos como el de París para la reducción progresiva de las emisiones de los gases más contaminantes, y añade la necesidad de llevar a cabo una planificación urbana que evite la construcción de edificios y ciuades a lo largo de los ríos.