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martes, 16 abril 2024

El hijo de la viuda de la CAM acusa a Miguel López de asesorar a sus hermanas para controlar el holding familiar

Vicente Sala, hijo de María del Carmen Sánchez y del fallecido expresidente de la CAM, ha acusado a su cuñado, Miguel López, que está siendo juzgado como autor del asesinato de su madre, de asesorar las maniobras de sus tres hermanas para expulsarle de los consejos de administración del holding empresarial familiar.

Vicente Sala, hijo de María del Carmen Sánchez y del fallecido expresidente de la CAM del mismo nombre, ha acusado a su cuñado, Miguel López, que está siendo juzgado como autor del asesinato de su madre, de asesorar las maniobras de sus tres hermanas para expulsarle de los consejos de administración del holding empresarial familiar.

El hijo de la víctima ha declarado este miércoles en la tercera sesión del juicio por el crimen de María del Carmen Martínez, ocurrido el 9 de diciembre de 2016 al recibir dos disparos en las instalaciones de Novocar, lavadero de coches que regentaba Miguel López, que está casado con la hermana pequeña de los Sala.

Vicente Sala, que está personado como acusación particular, ha detallado a preguntas del Ministerio Fiscal y de la acusación particular que sus hermanas consultaban a López todo lo que pasaba en los consejos de administración a través de la aplicación WhatsApp.

Sala ha detallado el organigrama y la situación del holding –formado por las empresas Samar Internacional, la Compañía Española de Resinas y Novocar–, tras la muerte de su padre y ha situado como detonante de la ruptura familiar la resolución de la Junta de Administración del 19 de noviembre, en la que su madre decidió ejercer la “acción de oro” y restituirle como administrador único de Samar, empresa cabecera, cargo que le habían retirado las hermanas por falta de confianza.

GESTO DE “DEGOLLAR” A LA ABUELA

Asimismo, Sala ha relatado al fiscal que en ese consejo uno de los nietos le hizo a su madre el gesto de “degollarla” y “alguno de los sobrinos” empujaron a su tía. A preguntas de la defensa de López, ha admitido que en el testamento de su madre él figuraba como heredero universal.

Vicente Sala, por último, ha afirmado que ni él ni su madre habían recibido amenazas y que tampoco podía ser objeto de codicia de un robo, ya que no era “ostentosa” ni con las joyas ni el dinero. Sí ha declarado, sin embargo, que su madre había acusado a sus hermanas de haberle sustraído de su casa joyas y dinero tanto a ella como a su tía.

UNA SEMANA DE TRASLADOS

En esta sesión también han declarado el encargado del lavadero donde ocurrió el crimen, el encargado de ventas y una administrativa de esta área. Los tres han confirmado, a preguntas de las partes, que se estaba habilitando el despacho de los informáticos, y que esta era la razón por la que durante esa semana se estaban trasladando muebles que ocupaban, en alguno de los momentos, el lavadero.

El trabajador del área de ventas de Novocar ha indicado que vio a Miguel López sobre las 18.50 horas –hora en la que se ha establecido que tuvo lugar el crimen, según la defensa–, en el exterior del concesionario, despidiéndose del cliente al que ese mismo trabajador había entregado un coche tras su compra.

La administrativa de ventas ha confirmado, a preguntas del fiscal, que llamó a María del Carmen Martínez para que fuera a recoger su vehículo y que fue esta la que le dijo que iría más tarde de las 17.30 horas porque a esa hora no podía; aunque ha dicho no recordar exactamente las circunstancias y si fue ese día, ya que María del Carmen estuvo toda la semana yendo al concesionario.

De la misma manera, los trabajadores han declarado que la víctima se había quejado a Miguel López, con su “genio peculiar”, según la administrativa, de que su vehículo no había sido lavado correctamente. Asimismo, a preguntas del jurado, los testigos no han podido confirmar si Miguel López si se había cambiado de traje esa tarde.

LOS HECHOS

El responsable del lavadero, visiblemente nervioso, ha confirmado a preguntas del fiscal, que por la mañana lavó el coche de María del Carmen Martínez y que lo dejó en el aparcamiento hasta, como mínimo, las 16.00 horas.

El trabajador ha relatado que después de trasladar los muebles, regresó al lavadero y vio a tres metros a una persona moribunda “dando tumbos en el lavadero, con la cara y el pecho ensangrentado”, y que fue a pedir ayuda. Ha explicado que con un compañero encendieron la luz e intentaron meter a la víctima en el coche, que no pudieron y que se dieron cuenta de que había dos casquillos de bala en el suelo.

Por último, la administrativa ha declarado que fue ella quien llamó al 112, hasta en dos ocasiones, y ha dicho que esa misma tarde un grupo de personas no conocidas y “poco habituales” estuvo mirando coches por la sala de exposiciones.

Este jueves está prevista la declaración de dos de las tres hijas de la víctima, que fueron expulsadas de la acusación particular, y la hermana de María del Carmen Martínez.