El egoísmo

Egoístas del Mundo, uníos

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egoísmo Diario de Alicante
Josep Manel Sánchez

No sé si el universo, donde flotan una infinidad de burbujas calientes, tendrá suelo firme, en donde buscar una respuesta. Mientras tanto, seguiremos dando vueltas y vueltas y vueltas…sin que nadie se detenga a pensar. Luchamos constantemente contra la gravedad y contra nosotros mismos, que son los demás, nadie quiere moverse de su casilla, aunque ese lugar corresponda al de peón, defendiendo y muriendo…pero la vida no es un ajedrez, aunque lo parezca, podemos romper el juego y dejar de participar, si al final, como ocurre siempre, vamos a terminar perdiendo la partida. Sabemos que existe un riesgo evidente: quedarnos solos/as, mientras vemos como se derriten el resto de peones. Tenemos dos únicas formas para la unidad: la solidaridad o el egoísmo.

La solidaridad parece, en los tiempos actuales, que ilusiona poco. ¿Qué saco de esto?, se preguntan algunos/as. Vamos que los que participan en concentraciones y manifestaciones lo hacen con poca constancia, con pocas ganas o por “cumplir”, si llevan banderitas. Yo humildemente propondría, que si no quieren participar por solidaridad, al menos lo hagan por propio EGOÍSMO. Si todos/as no somos solidarios, sí somos egoístas. El egoísmo representa a un solo partido y a una sola bandera. Los que han provocado la evolución de nuestra especie hasta hoy, lo han logrado por egoísmo colectivo. Hay que poner en valor todo lo que nos hace egoístas: ¿Quieres ganar más dinero que nadie, para vivir a lo grande? ¡Adelante! ¡Hazlo!, lucha contra quién te lo impide, por egoísmo. Al menos, si fracasas, habrá valido la pena, no te habrás molestado para un 0’50% de subida salarial y estarás fuera del damero.

Hay que saber utilizar el egoísmo propio, no solamente en la cola de los cines, de los pollos asados o de Mercadona, intentando colarse: despliegue personal muy pobre e inútil. Al egoísmo se le puede sacar mucho más jugo que esos banales escarceos cotidianos. Por ejemplo, esforzarse por trabajar menos y ganar más, haciendo la mitad de horas. Seguramente en estos momentos os estaréis riendo, pero pensad en el egoísmo: ¿No es en el fondo lo que queréis la mayoría? ¿No hemos dicho que nos mueve más el egoísmo que la solidaridad? ¿A qué esperáis? Nadie va a acudir a resolver sus problemas, excepto los egoístas: y sois mayoría, cerca del 90%, los que llenan las urnas, nada más y nada menos.

Vamos a relajarnos y meditar, porque esto tiene mucha tela: ommmmmmmm. Si en estos momentos, todos/as, nos diéramos cuenta de que estamos viviendo una gran mentira, donde el dinero es un invento cruel que se utiliza con discriminación, para que la mayoría trabaje para una minoría cada vez más rica; la que nos ha creado ese espejismo de consumo por el consumo, donde el egoísmo individualizado está desconectado de lo colectivo, lo que provoca, aparte de confrontarnos, perder los objetivos básicos de unidad, que lleva a desvela esa gran mentira. El egoísmo de tu vecino no es tu adversario sino tu aliado. Fuera del ajedrez es otro mundo, porque nunca advertirán nuestra jugada.