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jueves, 28 marzo 2024

Ley de desprotección de datos

José Micó, portavoz de Sax, denuncia la falta de protección de las opiniones de los sajeños por parte del PP.

Al margen de la actitud provocativa de la que hace gala nuestra alcaldesa cada vez que toma la palabra, cuando “sus” marionetas (concejales) contestaban a las preguntas ciudadanas del pasado jueves veinticinco de marzo con respuestas preparadas y leídas, que luego quiso ocultar con un alegato final rayando lo prepotente y lo grosero, al margen de todo eso, este último pleno ordinario pasará a la historia como el insulto a la buena voluntad y la inteligencia de todos los sajeños, que participan en dicho acto público que tiene lugar cada dos meses.

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Dar los nombres de las personas que formulaban sus preguntas, fue más que una estrategia preparada para dejar en ridículo a estos ciudadanos, nombrándolos no solo una vez sino en varias ocasiones, faltando así al RGPD (Reglamento General de Protección de Datos). Recordar que en otras sesiones plenarias sí ha sido capaz de proteger a esas personas. Claro está, les interesaba ocultarlo.

Digo esto porque espero que la ciudadanía tenga en cuenta este contexto, más propio de una película de Luis García Berlanga, sobre cómo está Sax y lo que sus mandatarios piensan al respecto.

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Es una vieja costumbre.  Los gobiernos “populistas”, tan numerosos en los pueblos pequeños del interior, nunca encajan bien las criticas y se mofan de aquellos que no piensan y opinan como ellos. Las razones son profundas y muy ramificadas. Una parte de culpa la tenemos todos y cada uno que consentimos y dejamos que esto pase; que transcurran los meses entre pleno y pleno sin hacer nada y basculando entre intenciones, lemas electorales y propuestas nunca concretadas.

Opinar no es un delito. La constitución garantiza la libertad de expresarse a todos sus ciudadanos, sin ser perseguidos por sus pensamientos e ideales. Escuchar, tolerar y respetar las voces disonantes es uno de los pilares del sistema democrático, y, a la vez, una de las grandes diferencias entre la libertad de expresión, la mordaza y la censura.

Y no es que sean mala gente. Yo creo no lo son. Y no creo que algunos tengan nada que ver moralmente con sus socios, con los que están condenados a compartir esa actitud hacia la ciudadanía. Luego está quien se regodea en esa codiciosa afición por una remuneración para la que no fueron elegidos. Por eso el pueblo esta así, envuelto en la mala educación.

Entiendo que ser alcaldesa del PP sin fiestas activas y saraos protocolarios, sin cuento ni cuenta, debe ser tedioso. Sin una oposición firme y fiscalizadora se gobierna tan ricamente de esta manera. Política del senyoret la llaman.

No es extraño que a la gran mayoría de ciudadanos nos parezcan actos como el del jueves una astilla en el ojo de la cual solo cabe deshacerse en 2023.