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jueves, 28 marzo 2024

El complejo caso de un hombre de Bigastro desaparecido en Almería y asesinado por celos

La tenacidad y perseverancia durante meses de un pequeño grupo de investigadores de la Guardia Civil de Almoradí ha desvelado el misterio que rodeaba la repentina desaparición en Almería de un hombre de 45 años apodado el 'Chiquitín', que murió de un golpe en la cabeza por celos.

La tenacidad y perseverancia durante meses de un pequeño grupo de investigadores de la Guardia Civil de Almoradí ha desvelado el misterio que rodeaba la repentina desaparición en Almería de un hombre de 45 años apodado el ‘Chiquitín’, que murió de un golpe en la cabeza por celos.

La Guardia Civil ha informado hoy de los pormenores de este “sumamente complejo” caso, en palabras del jefe de la Comandancia del instituto armado en Alicante, el coronel Manuel Muñoz, iniciado el pasado septiembre y que ha concluido hace unas semanas con la detención de la pareja sentimental de la víctima y una expareja de ésta, un hombre de 53 años y una mujer de 51, ambos almerienses, como presuntos autores del homicidio.

El jefe de la policía judicial de Información de la Comandancia alicantina, el teniente coronel Francisco Poyato, ha explicado que la víctima, de Bigastro (Alicante) y dos hijos de unos 20 años que viven en Orihuela y con los que no tenía relación, se había marchado hacía 4 años a Almería para trabajar, y que solo telefoneaba cada 15 ó 20 días a su madre, que vive en su población natal.

Tras dos meses sin recibir llamadas de su hijo, del que desconocía su paradero, la madre denunció su desaparición en el puesto de Jacarilla, lo que inició la laboriosa investigación sin apenas datos salvo que el desaparecido, cuyo nombre es José Manuel y cuyo apodo hacía referencia a su baja estatura, se hallaba en Almería.

A raíz de las llamadas de su teléfono, se supo que el hombre dejó de usar su móvil el 12 de julio de 2007 y que, hasta entonces, se comunicaba diariamente con una mujer, que luego se supo que era su pareja y que finalmente ha sido detenida como supuesta coautora del crimen.

José Manuel, cuyo caso apareció en el programa de TVE ‘Desaparecidos’ de Paco Lobatón, no tenía una ocupación laboral concreta y durante un tiempo se dedicó a la mendicidad, al tiempo que recibía asistencia diaria en un centro en Almería de la Cruz Roja, donde se aseaba y comía, mientras que vivía en una casa abandonada en una zona deshabitada.

La operación se precipitó a partir de que, en abril, otro hombre denunciara que la mujer le había amenazado con matarle y “enterrarle en el mismo sitio que al ‘Chiquitín'”, y de que también se descubriera que en la fecha de la desaparición una expareja de ésta acabara de salir de prisión por un delito de robo y que, según otro testigo, mantuviera una discusión con la víctima.

En esas semanas, la mujer parece que percibió que era seguida por la Guardia Civil y pidió a otro individuo una pala, presuntamente para trasladar los restos mortales de José Manuel, inicialmente enterrados en un solar a unos 30 metros de su vivienda situada en el almeriense barrio de El Zapillo.

Los agentes detuvieron a la mujer y al otro hombre por encubrir, y a las horas localizaron y también arrestaron a la expareja en Málaga. Todos confesaron lo sucedido e, incluso, éste último, que había estado en la cárcel por robos, desveló el lugar donde se hallaba el cadáver.

Explicaron que, en el transcurso de una discusión por “celos” por parte del individuo que acababa de salir de prisión, José Manuel recibió un violento golpe en la cabeza con un objeto contundente que acabó con su vida, y que después fue enterrado en un descampado de difícil acceso de las inmediaciones.

Con el apoyo de las unidades caninas y del servicio de criminalística de la Guardia Civil, de Madrid, se extrajeron los restos mortales y se culminó la investigación, que ha sido coordinada por el juzgado de Instrucción 4 de Almería.

El coronel Muñoz ha destacado el compromiso de la Guardia Civil con los casos de desaparición y ha subrayado que, como se refleja en este caso, las investigaciones “continúan siempre” con “la misma tenacidad independientemente de la condición y circunstancias” de la persona que es objeto de búsqueda.