Todo por la plaza

El Articulo de Opinión de Llanos de la Rosa Cifuentes nos explica como la situación económica, la escasa contratación por parte de la empresa privada, o la temporalidad con que ésta lo hace, empujan cada vez más a que las personas se preparen una oposición

1083
plaza Diario de Alicante
Llanos de la Rosa Cifuentes

En mi titulación, la salida natural no era opositar –a no ser que se hiciera para trabajar en una televisión pública, que apenas convoca ya una plaza de este tipo-. Por ello, hace ya casi una década, cuando comencé mis estudios universitarios, no me imaginaba como estoy hoy día, casi cuatro años después de haberme licenciado: sentada casi más de 10 horas diarias frente a los apuntes o el ordenador, preparando actividades o metodología docente. Porque sí, yo me imaginaba trabajando, de lo mío o de no lo mío –porque a saber hoy día qué es lo de cada uno-. Después de unos cuantos tumbos, descubrí lo mucho que me gustaba la enseñanza –sí, un poco de arrepentimiento por no haberlo visto más claro antes, cuando sólo me llamaba la atención-. Así que, me planté a hacer el máster de docencia hace un curso y ahora me encuentro preparándome para mi primera convocatoria de oposición.

plaza Diario de Alicante
Llanos de la Rosa Cifuentes

Sí, digo primera porque vendrán muchas más. En el caso de la enseñanza –como en otras especialidades-, es muy complicado tener plaza, incluso sacando la máxima nota. Primero porque necesitas puntos de experiencia para alcanzar esa plaza, experiencia a la que accedes después de haber sacado muy buena nota en las diferentes pruebas y haber logrado ser llamada para hacer sustituciones. Esas pruebas consisten en un examen teórico-práctico y en una posterior defensa si pasas la primera prueba. Después, comienzas la interinidad, vuelves a presentarte al siguiente examen, con la esperanza de volver a obtener muy buena nota y que esta vez tus puntos extra sirvan de algo. Por si fuera poco, están también los puntos de la meritoria: cursos, en su mayoría online, de escaso contenido y baja profundización, pero de elevado precio del que los sindicatos saben aprovecharse al ofertarlos –para después decirte que pelean por eliminarlos, y a ti te da la risa al oírlo-.

Pero no sólo en enseñanza, otros sectores como los sanitarios o los relacionados con las fuerzas de seguridad, se nutren de personal a través de diversas pruebas: legislativas, físicas, ortográficas… En muchos casos, el proceso se repite convocatoria tras convocatoria, y ellas no siempre son anuales. Y, de nuevo, alguien sabe sacar tajada de esto. Las academias elevan los precios, te ofertan diferentes temarios de escasa variación respecto a años anteriores, pero que debes volver a pagar, o no te dan el tema correspondiente si fallas un día. Por suerte, yo he dado con una academia que no es así. Pero vivo rodeada de opositores a los que constantemente tratan de engañar.

Pero aunque no se alargue el proceso o aunque te encuentres en el inicio de él, la salud mental es uno de los pilares para mantenerse en la carrera por la meta: una plaza. Los días de desánimo abundan, esos en los que piensas que no haces lo bastante. Después llegan aquellos en que eres consciente de que hagas lo que hagas nunca es suficiente, porque nunca lograrás saberlo todo, haberlo estudiado todo a la perfección, saber hacer todos los casos prácticos, tener buenas ideas… Nunca nada es suficiente. Ni las horas que eches, los días que cambies planes con amigos o simplemente de descanso por el estudio, ni los cafés para mantenerte despierto un poco más, ni todos los ejercicios extra que pidas hacer para practicar más. Es algo que hay que aprender. Aunque haya que ser el mejor para conseguir la plaza, no hay que perder de vista que en ese camino tenemos familia, amigos, pareja que están con nosotros. Que seguimos teniendo nuestras pasiones, gustos y nuestras necesidades de desconectar.

Me quedo con el consejo que me dio una amiga y que comparto con todos los opositores: “Que entre todo lo que tienes que dejar aparcado, no abandones cosas en las que tras pasar la prueba te arrepientas de haber aparcado, apruebes o no”.

Sé tú mejor tú, pero no te olvides que ese “mejor”, lo es también gracias a las cosas buenas que ya traías contigo. Y no sólo gracias a los apuntes.

PD: Gracias a todos los que día a día nos aguantáis y apoyáis. Ser opositora también me ha hecho poner en valor muchas cosas.