Prisión Permanente Revisable, es el momento

El Articulo de Opinión de Antonio Garcia Tafalla demanda la pena de cárcel por tiempo indefinido que está sujeta a revisiones para que un reo pueda obtener la libertad

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Prisión Permanente Revisable Diario de Alicante
Marcello Rabozzi

“En siete años estoy fuera”. Éstas fueron las palabras que hace unos días escribió “El Chicle”, presunto asesino de Diana Quer en la carta que envió a sus padres. Este jueves 15 de marzo y sin que se haya pronunciado el Tribunal Constitucional, el pleno del Congreso de los Diputados debatió 2 enmiendas a la totalidad sobre la proposición de Ley del Partido Nacionalista Vasco para la derogación de la Prisión Permanente Revisable.

Tal circunstancia fue posible por la abstención del, en los últimos tiempos, titubeante Ciudadanos, formación que presentó una enmienda que, de aprobarse, no daría continuidad a la tramitación. Por desgracia los votos de estos últimos, y del Partido Popular no obtendrían en este momento mayoría suficiente, habida cuenta que Podemos, PSOE, PNV y resto de formaciones de izquierda son mayoría para lograr su derogación.

Para hacérselo fácil al amable lector recordaré que la Prisión Permanente Revisable es una pena de cárcel por tiempo indefinido que está sujeta a revisiones para que un reo pueda obtener la libertad. Es una norma que se aprobó el 23/03/2015 como parte de la Ley de Seguridad Ciudadana con los únicos votos a favor del PP, y con el singular objetivo de impedir que los delincuentes más peligrosos, y que no han demostrado capacidad de reinserción, pudieran volver a la sociedad poniendo en peligro la seguridad de las personas.

Con su implantación se cumpliría una parte de la condena -25/30 años-, y tras ello, el Tribunal revisaría si la prisión se mantiene cada dos años, sustanciándose incluso, siempre que el penado lo solicite. Conviene tener presente que esta figura existe en toda Europa: Francia, Alemania, Reino Unido, etc., con sus distintas adaptaciones según el país del que se trate. Estos días hemos escuchado demasiada palabrería, frase enlatada, desprecios, demagogia y estridencias provenientes de las formaciones que se oponen a ella. Sería muy fácil rebatirlo, incluso atacar con vehemencia esas posiciones tan intransigentes y cortoplacistas, pero yo no lo haré. A través de estas líneas quisiera dejar constancia sobre algunos aspectos que considero de gran calado.

Quizás estemos de acuerdo en que ninguna pena es absolutamente disuasoria, como también lo estemos en que con disposiciones como la citada, como mínimo se cumple con el principio moral de justicia, que no es poco. Resulta de toda suerte tautológico el hecho que el 80% de la población española que esté a favor de esta medida, muchos de ellos votantes del PSOE, conviene puntualizar. Por no citar los tres millones de firmas recogidas para su petición de apoyo. Además el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, tan de “moda” últimamente, ha tenido ocasión de pronunciarse en distintas sentencias, declarando ser ésta una pena ajustada a la Convención Europea de Derechos Humanos. Las razones para apoyarla parecen más que evidentes.

Habría que citar la larga lista de ejemplos que revelan que la reiteración de delitos en aquellos penados que han recuperado su libertad vía permisos anticipados, se podrían haber evitado. Urgiría más bien, a la toma de conciencia de estas formaciones políticas que con toda seguridad se opondrán tras el debate. Deben entender que la población española no pide venganza, sino justicia a través de la Prisión Permanente Revisable que defiende el Partido Popular. Se reclama a voces una justicia que aporte tranquilidad a los ciudadanos, y que devuelva la confianza en el Derecho y en las Instituciones. Desde ese Estado de Derecho se puede y se debe dar respuesta a esta triste y virulenta realidad que nos encontramos.

No vale sostener que “se legisla en caliente”, “que con el Partido Popular no se negocia”, “que la PPR persigue la venganza”, y tantos otros argumentos alejados de toda lógica. Si ante una decisión tan importante no se está a la altura que demanda la sociedad, no duden estas formaciones, que los ciudadanos y ciudadanas se lo recordarán cada vez que se produzcan hechos lamentables, y sobre todo, en el momento que toque pasar por las urnas.

Para finalizar, quiero conminar una y mil veces, a unos a que vuelvan a la senda de la cordura y al sentido de Estado; a otros, que  por fin entiendan el significado de: la responsabilidad, sensibilidad por las familias de las víctimas, altura de miras, y la búsqueda de puntos de encuentro. Pero sobre todo, que juntos crean en ese tan necesitado consenso, que en otros momentos de nuestra historia reciente nos llevó a altas cotas de entendimiento y convivencia. Es el momento.