La vil materia

Estamos condenados por el nervioso átomo.

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materia

Quién diría que estamos muertos, que la cama es un ataúd donde resucitamos cada día. Será el tiempo que sopla  y nos vuelve a despertar por esta infame materia que es la vida.Quién diría que vendrán horas forenses y una gran piedra acabará con la especie más engreída de la naturaleza. Quién diría que hoy es domingo y que en los bares sudan las carta sus camisetas de trapo, y el alcohol transita entre sardinas asadas con torio y cesio en sus escamas … quién diría que las pupilas negras de la noche, no conoce el color de las plantas, aunque lleve monóculo.

Eslabones invisibles transportan a la gente al trabajo, el porro y las pastillas en los bolsillos, para poder llenar el hueco de la jornada. Un tullido pelea con la gravedad y la limosna, boutiques y polillas acuden a sus axilas, intenta agarrarse al humo del tabaco que pasa, pero tropieza con un perro mellado que caza mariposas ciegas. Vendrá la tercera ola y no nos mojaremos, aunque pagaremos el agua.

Murió Stephen Hawking, pero no la información sobre los agujeros negros incrustada en su estructura atómica neuronal, y ésta es eterna, por mucho que se expanda el universo. Al final todo se reduce a información, solo información queridos espías, información expandiéndose indefinidamente para nadie. Y no nace materia nueva, aquí en el cosmos, nos apañamos con la vieja, estas manos pertenecen a una estrella moribunda que estalló hace 8000 millones de años. Con nosotros/as, la materia, usada millones de veces, ha llegado a tener consciencia de sí misma.

Tengo un amigo que se llama Jaime, que está cinco años en paro, y en vez de pedir trabajo precario, arrastrándose como un gusano por fábricas y comercios, se dedica a escribir historias truculentas como la vida misma: drogas, alcohol, violaciones, trata de blancas , corrupciones políticas… pero aún se queda corto, tiene miedo de espantar al lector, como si el lector o lectora, a estas alturas, se espantara por algo, después de visionar los telediarios. ¡Adelante Jaime, lo haces muy bien, pótalo todo, hijo, pótalo todo, no darás abasto, existe material suficiente como para llenar varias tinajas de bilis!

La piedra es masa de revolución en su unidad más simple, en su unidad más complicada es una bomba de neutrones o de antimateria. Los ejércitos ya no saben lo que manipulan, después de manipularlos a ellos. Las armas no saben del bien ni del mal, lo triste es que quienes  las utilizan tampoco. El cerebro es una vasija que se llena con palabras, sin importarle el sabor que tengan, si están sanas o enfermas: palabras, que a base de repetirlas parecen hasta sonar bien. Es un misterio, lo de las cabezas locas, quizás falta un poco o bastante epicureísmo, reciclar todo lo malo que hay en nosotros/as y convertirlo en placer diario, con nuestros semejantes: juntos, ¿no vamos a ser capaces de cambiar el sentido de las palabras?