¿Feliz Navidad?

Las fechas navideñas son como el día de la marmota

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Navidad
Josep Manel Sánchez

Dentro de poco no habrá ningún lugar, en Navidad, donde ejercer la inteligencia. En estos días vacacionales y festivos, ya extinguidas las comidas, las cenas de empresa y la lotería efímera e ilusoria, la gente trasiega rodando entre los hipermercados, tiendas, tapeos y villancicos en pos del máximo consumo, sin freno cerebral. Entran, salen, regurgitan palabras usadas millones de veces, sin perder de la mano su galleta mágica de metales raros, bajo las luminosas sardanas de bombillas de colores.

Navidad
Josep Manel Sánchez

En esos cuerpos laten relojes de sangre que van desgranando sus vidas, enrolladas como alfombras, recogiendo objetos tabulados y en serie, como un bucle inexorable. Los jóvenes en paro perenne, van anhelando estrellas falsas que bajan desde la niebla del cielo a ocupar los penachos verdes de los abetos artificiales. Se compra carne, pescado y mariscos varios, el turrón y su chasquido blando o duro, los currantes/as llenan las neveras desabrochando los botones y abriendo sus anatomías hasta las tripas, para las noches bárbaras de televisión y copas, la electricidad y las ondas, el frío y la gente en las calles céntricas, donde hay temblores de mendigos con sus camisas de arena descendiendo hasta sus pies cansados; violines del Este rebañando las esquinas romas, los belenes madrugadores con sus repetidas estampas bucólicas y pueriles, aguardando cualquier paz que nunca llega desde la rosa de los vientos del globo terráqueo.

Navidad
Josep Manel Sánchez

Cava, champán, caviar iraní, angulas, percebes y miseria. Pero es lo que tenemos y lo que tal vez merecemos: un paladar que engulle distinto por las arbitrarias leyes inhumanas. ¿Feliz Navidad o infeliz Navidad? Dicen que ha llegado un año más o un año menos; esperar es nuestro destino, esperamos en la consulta del médico, en las colas de los museos gratis, en las churrerías en las frías mañanas de invierno. Siempre esperamos; a que lleguen los carnavales, las procesiones, el verano… y otra vez la Navidad: la vida es una mecha encendida hacia la extinción definitiva. No nos llevaremos nada de lo que hemos disfrutado o consumido, desnudos y con el estómago vacío nos iremos…, mientras vestidos y con el estómago lleno de vida, se ahogan en los océanos y mares miles de seres huidos de sus barrios y ciudades bombardeadas, buscando únicamente poder sobrevivir sin guerras en cualquier lugar donde aún persista la cordura.

Navidad
Josep Manel Sánchez

Estamos embotados de artefactos, engullidos y enlatados en la interminable espiral del gasto por el gasto inducido. Estamos brujuleados en onda corta hasta en los calzoncillos morados…y llegará ese pequeño final del mundo que todos tenemos: el consumo fugaz de nuestro tiempo borrado en la pantalla definitivamente a cambio de NADA. No hay más meta que el propio presente, para sentir como corre nuestra propia existencia; y que la única manera de aprovechar la carrera es frenar en seco y en cadena, de la mano colectiva de la especie humana. Esa es mi navidad.