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jueves, 28 marzo 2024

El quijotesco debut de la infanta Sofía de Borbón

A seis días de cumplir 13 años, la infanta Sofía, hija menor de los reyes y segunda en la línea de sucesión a la Corona, suma este 23 de abril a su biografía como la fecha en la que tuvo su primera intervención a los ojos de todo el mundo.

“El Quijote” estará ya para siempre ligado a ella. Unos párrafos del capítulo I de la obra de Cervantes han servido para escuchar por vez primera su voz en público.

Ha sido de forma telemática porque la iniciativa en la que ha participado, la que de forma anual organiza el Círculo de Bellas Artes coincidiendo con el Día del Libro y consistente en la lectura continuada de la obra más universal de la literatura española, ha tenido en esta ocasión que celebrarse virtualmente debido al confinamiento por el estado de alerta.

La infanta ha tomado la palabra después de la princesa Leonor y poco antes de que ambas lanzaran también un mensaje público ante la pandemia de coronavirus.

HERMANAS Y CÓMPLICES

Junto a su hermana ha aparecido en prácticamente todos los actos públicos en los que ha estado presente desde su nacimiento el 27 de abril de 2007 en la Clínica Ruber Internacional de Madrid.

Proclamación de su padre como rey, apertura de legislaturas, inicio de curso escolar, vacaciones en Palma, imposición del Toisón de Oro a la heredera, entrega de los premios Princesa de Asturias y Princesa de Girona…

Siempre se han mostrado muy unidas, cómplices en muchas ocasiones, con abrazos a la vista de todos y compartiendo estilismo, pero a buen seguro que son ya conscientes de que sus vidas paralelas vislumbran horizontes bien distintos.

A la infanta, cuyos padres eligieron su nombre porque aseguraron que les hacía ilusión por la reina Sofía, se le atribuye un carácter “más Borbón”, más abierto y espontáneo que su hermana, y ser aficionada a muchos deportes (se la ha visto esquiando), la música, el cine, la danza y el teatro.

“¡FIJAOS QUÉ OJOS!”

Una representación escolar estaba ensayando en el vídeo difundido hace algo más de dos años con escenas de su vida familiar y con motivo del 50 cumpleaños del rey, como atestigua su sí ante la pregunta de su madre de si se sabía ya el papel de la obra que estaba ensayando en su colegio de Santa María de los Rosales.

Si ahora se ha oído su voz por vez primera en un acto público, en ese vídeo se la escuchó en un ambiente más informal y se pudo adivinar, a juzgar por su cara, que la sopa de verdura que formaba parte ese día del menú de Zarzuela no es precisamente su plato preferido.

La octava nieta de don Juan Carlos y doña Sofía fue bautizada en el Palacio de la Zarzuela con agua del Jordán en una ceremonia en la que ejercieron de padrinos su abuela Paloma Rocasolano y el príncipe Konstantin de Bulgaria, y en la que su madre, orgullosa, se dirigió a los periodistas: “¡Fijaos qué ojos tiene!”.

Un poquito nerviosa se confesó años más tarde, el día de su comunión en mayo de 2017 en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca.

La infanta ha entrado ya en la adolescencia. Año y medio menor que su hermana, la ha superado ya en altura y ha dejado atrás imágenes como las de la proclamación de su padre en las que, sentada en una silla, sus piernas no llegaban al suelo.

También forman parte de su álbum personal las fotos de 2010 durante la recepción en la Zarzuela a la selección española de fútbol vencedora del Mundial y en las que aparece vestida con la camiseta roja del equipo y portando en sus manos la copa que acredita ese triunfo.

EL PRIMER RETRATO OFICIAL

Doña Sofía cursa primero de ESO y domina el inglés, a lo que han contribuido sus estancias junto a la princesa en campamentos de verano en Estados Unidos los dos últimos años.

Una experiencia en la que además ha podido poner en práctica otras aficiones deportivas como el tenis y la vela.

A juzgar por las palabras de doña Leonor en la entrega el año pasado de los premios Princesa de Girona y en las que demostró su buena pronunciación del catalán, la infanta es también gran conocedora de la historia y cultura catalanas porque así, dijo la heredera, han procurado los reyes que sea.

Cuenta desde febrero con su primer retrato oficial, con vestido azul y esbozando una sonrisa, y ha tenido que estrechar ya muchas manos en los actos oficiales en los que ha acompañado a sus padres y hermana dentro de la que será una creciente presencia institucional.

A diferencia del año anterior, cuando tuvo que ausentarse debido a un viaje de cooperación a Mozambique, la reina podrá estar el próximo miércoles en la celebración del 13 cumpleaños de su hija.

Las circunstancias obligan a una reducida celebración por la pandemia. Es el nuevo gigante al que hoy debería enfrentarse el Ingenioso Hidalgo a cuyas andanzas ha puesto voz la infanta.