Antes de tener miedo hemos sido invisibles

El Articulo de Opinión de Llanos de la Rosa Cifuentes nos cuenta que es innegable que las mujeres todavía no tengan la representación que se merecen. El tiempo del silencio todavía se prolonga y la visión que de las mujeres se tiene, puede llevarlas al miedo.

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miedo Diario de Alicante
Josep Manel Sánchez

Hoy he tenido que decirle a una amiga que no puede vivir con miedo. Miedo a salir por sitios poco transitados –y de inevitable paso-, miedo a salir sola de noche, miedo a ir a una ciudad que no conoce por si no puede… huir. Sí, le he dicho que no se puede vivir con miedo, porque entonces no es vida. Pero lo cierto es que mentía. Porque yo también he tenido esos miedos muchas veces. Da igual que vivas en una ciudad grande o pequeña o un pueblo. Poco importa que seas del norte o del sur, de España o de Alemania. Porque si eres mujer, ya eres una persona en riesgo. El último paso, el más extremo, es la muerte.

Pero antes hay muchos otros, obstáculos o miedos a los que nos enfrentamos desde que nos levantamos. Porque sí, vamos a la universidad –ya se lo decían a Raquel Córcoles en “Amigas y conocidas”-, elegimos qué ponernos, con quién y cuándo salir a la calle o entrar en la cama. Por eso, muchos creen que ya existe igualdad. Pero, seguimos siendo las menos representadas en obras literarias o cinematográficas, y las menos premiadas. Seguimos siendo juzgadas por lo que nos ponemos para las campanadas o por lo que no nos ponemos. Nos vemos obligadas a destacar físicamente para recibir las mismas atenciones que un hombre. En las entrevistas, somos cuestionadas por si tenemos pareja, hijo o si no echamos en falta ligar con tanto trabajo.

Si he puesto todos estos ejemplos, no es porque en la vida cotidiana no pase, que pasa; es porque nos encontramos en el mes de los premios audiovisuales: Globos de Oro, Premios Feroz o los Goya. En los dos primeros, han sido muchos y muchas quienes han decidido utilizar la plataforma y su fama para reivindicar un trato igualitario. Recordemos los recientes casos de acoso denunciados en Hollywood. Muchos aseguran que se trata de una moda. ¿Una moda? ¿No será que queremos empezar a perder el miedo? Y, de nuevo, ¡juzgadas! Que por qué no lo dijimos antes, que por qué ahora todas de golpe…

En España, Leticia Dolera, una vez más, aprovechó la entrega de los premios Feroz para hablar de cómo las mujeres hemos sido siempre relegadas a ser azafatas en eventos o en programas televisivos. No es que tengamos algo en contra de la profesión, sino que queremos ser algo más que ser quienes porten el sobre del ganador mientras lucimos piernas. Queremos ganar también. Por cierto, sector machista donde las haya también y que debería actualizar su normativa –recomiendo leer las experiencias de Barbijaputa como azafata-.

Ahora os preguntaréis cómo he podido conectar el tema del miedo con todo esto. Creo que el del machismo es un mundo piramidal. La base son los comportamientos diarios, hasta los que tenemos más interiorizados, todo aquello que hemos observado durante tanto tiempo. Y como que no echemos en falta a las mujeres en las galas de premios como nominadas o ganadoras. Quizá si quienes pueden nos mostraran de otra forma, la vida diaria podría empezar a ser otra…

Por esa pirámide se va escalando hasta llegar a la cúspide. Y digo yo, ¿no será mejor cambiar esa base para que la cima sea otra? El tres de febrero la Academia de cine española celebra la entrega de los premios Goya. Sólo espero que las reivindicaciones vayan más allá que un Dani Rovira subido a unos tacones. Y, por qué no, espero que por fin las mujeres representen el papel que merecen, en el mismo nivel. Nunca más por debajo.